“Montevideo es el costado dulce del Plata”
[Caetano Veloso, marzo de 2017]
Espectáculos
MÚSICA
MÚSICA
Caetano Veloso: "No tengo igual dominio de mi voz, lo percibo como una marca de la vejez"
Por
Kristel Latecki
Febrero
28, 2017
El cantautor brasileño habló de su preocupación por los ingresos
en la época del streaming, su intención de volver al estudio a grabar un disco
con sus hijos y su show con Teresa Cristina
Es
uno de los artistas más celebrados y adorados de Brasil y del mundo. Junto
con Gilberto Gil, en 2015 le puso calidez a una fría noche de setiembre, con un
show de dos horas en el Velódromo. Dos años después, Caetano Veloso regresa a
Montevideo y nuevamente estará acompañado. En esta ocasión el bahiano compartirá
el escenario del Auditorio Nacional del Sodre con Teresa Cristina, un talento de la
samba que ha logrado un gran reconocimiento tras el lanzamiento de su disco Canta
Cartola.
Antes
de sus shows del 7 y 8 de marzo, Veloso respondió vía mail algunas preguntas de
El Observador. Allí
habló de su afinidad con Teresa Cristina, su regreso a las giras y el futuro de
la música.
Hace
muy poco usted estaba de gira junto a su colega Gilberto Gil. ¿Por qué decidió
volver nuevamente a los viajes? ¿Cómo se prepara para cada gira?
Me
preparo como puedo. Esta vez estoy en Bahía desde diciembre. Vuelvo a Río
después del carnaval y viajo el día 6. Descansé más de dos meses. Y mi tierra
está muy buena con la brisa y las canciones que los nuevos chicos hacen para el
carnaval. Gil está participando de presentaciones relacionadas al carnaval. Yo
he dicho "no" para todo. Aun así no me siento preparado para viajar
tanto. Siempre fui perezoso.
Su
camino y el de Teresa Cristina se cruzaron ya hace mucho tiempo. ¿Cómo nació
esta gira en particular?
Ella
tenía ese show con canciones de Cartola. Conversamos antes y ella aprovechó
mucho de lo que le había dicho. Cuando vi el show, me encantó. Al presidente de
la discográfica con quien trabajo en Estados Unidos (Nonesuch) le gustó mucho
el disco en vivo de ese show de Teresa. Quiso lanzarlo mundialmente. Para ello,
me pidió que hiciera una presentación con ella en Nueva York. Fue un éxito y
las invitaciones llegaron de todas partes. Hicimos las que fueron posibles.
¿Qué
vio en ella que le hizo querer compartir escenario?
Teresa
es una síntesis del significado del samba de Río. Es una versión muy refinada y
elegante suya. No imaginaba compartir escenario con ella. Adoré hacerlo cuando
lo hice durante las grabaciones para el álbum Zii e Zie. La invité a que
cantara conmigo una canción mía que me gusta mucho, Gema, y me
impresionó como ella era culta, conocedora de la tradición musical brasileña,
de mi trabajo, de cosas extranjeras, todo. Nos hicimos amigos. Para mí es una
maravilla ver y oír a Teresa cantar cada noche.
¿Presta
atención a los nuevos talentos musicales brasileños? ¿Y del exterior?
Como
puedo. Me interesa mucho de lo que oigo. Hoy día es diferente. Me gustaba ir a
la tienda y comprar CD. Hoy espero que uno de mis hijos me muestre algo en
internet. A veces encuentro solo. En Brasil hay muchas cosas, muy variadas.
Ludmila, Anitta, Thiago Amud, Ava Rocha, MC Beijinho, MC G15... no me vienen
todos los nombres a la cabeza.
En
estos espectáculos se aleja conscientemente del repertorio que ya realizó en su
gira anterior. ¿Cómo explora en su catálogo para sacar canciones que no se
hayan repetido y todavía le emocionen?
Sí,
el criterio inicial fue elegir canciones que no estaban en el show con Gil. Lo
bueno es que muchas de mis canciones me gustan más de lo que me gustaban antes.
Pero siento que no tengo igual dominio de mi voz, lo percibo como una marca de
la vejez.
¿Cómo
ve el futuro de la música brasileña? ¿Hacia dónde se dirige? ¿Qué podría
recomendar?
El
futuro depende del camino posible en la cultura digital. Por ahora, estamos
sobre el peso del dominio de las plataformas de streaming y cómo se resolverá
el problema autoral. Si es toda una cuenta que se hace lejos –y es una cuenta
misteriosa– uno queda aquí sin saber cómo y de qué vivirá.
¿Planea
en algún momento volver al estudio para componer un nuevo disco?
Sí.
Tengo ganas de cantar con mis hijos. Y tengo ideas para canciones que grabaría
con sonidos que se me ocurren. Ya veré.
Teresa Cristina
Aunque
su carrera ya supera la década, la cantante brasileña Teresa Cristina logró
capturar la atención del público brasileño e internacional gracias a su más
reciente trabajo, Teresa Cristina canta Cartola. Se trata de un CD y DVD en
vivo lanzado por el sello estadounidense Nonesuch, en el que la artista
versiona canciones del venerado compositor de samba Angenor de Oliveira,
conocido como Cartola. Su voz y su interpretación le han dado un lugar especial
dentro de la nueva samba.
En el espectáculo que presentará acompañando a Caetano Veloso en Montevideo, Teresa Cristina abrirá el escenario, para luego dejarle lugar al reconocido músico brasileño. Y finalmente en el cierre compartirán algunas canciones.
En el espectáculo que presentará acompañando a Caetano Veloso en Montevideo, Teresa Cristina abrirá el escenario, para luego dejarle lugar al reconocido músico brasileño. Y finalmente en el cierre compartirán algunas canciones.
EL PAIS
CAETANO VELOSO
"La música es lo que
más importa"
Hacía
frío y le tocó cantar al aire libre la última vez que estuvo en Uruguay, de la
mano de Gilberto Gil. Ahora, Caetano Veloso se prepara para volver arropado por
el calor de marzo y por el confort del Auditorio del Sodre, que lo recibirá por
partida doble, y por supuesto con compañía.
Caetano Veloso. Foto: Rafael Berezinski |
BELÉN
FOURMENT
26 feb 2017
26 feb 2017
Los días
7 y 8 a las 21:00 presentará el show Caetano presenta Teresa, en el que
compartirá escenario con la cantante de samba Teresa Cristina, motivo por el
que interrumpe sus vacaciones en Bahía para contestar las preguntas de El País.
—Estuvo
hace poco tiempo en Uruguay con Gilberto Gil. ¿Qué sensación le quedó de ese show,
más allá del frío? ¿Con qué se encuentra cada vez que viene al país?
—Hacía
frío cuando canté con Gil, y sin embargo, la dulzura de los uruguayos estaba
allí. Ahora vamos en verano. Teresa es una cantante y una mujer de gran
elegancia, y sin duda mostrará la belleza del samba carioca en su forma más
esencial. De mi parte, tendré la alegría de poder presentarla a la gente de
Uruguay y de volver a cantar canciones mías. He estado muchísimas veces en
Montevideo, y siempre es fuerte la sensación de intimidad con el público.
—¿Desde
cuándo conoce a Teresa y qué lo cautivó de ella para convidarla a esta gira?
—Conozco
a Teresa desde hace muchos años. Nuestro primer acercamiento importante fue
cuando, hace relativamente pocos años, la invité para cantar en un show que yo
hacía mientras grababa el álbum Zii e Zie. Ella había grabado una
canción mía, "Gema", que me gusta mucho, y la invité para que la
cantara conmigo. En el ensayo me impresionó lo mucho que ella conocía de mi
obra, parecía saber cantar todas las canciones que he compuesto. Y conocía toda
la tradición de música popular de Brasil y no solo de Brasil. Ahora, cuando
ella hizo el show solamente con canciones de Cartola, el resultado me impactó.
¡Era una joya! Le mandé el CD en vivo al presidente del sello Nonesuch, en
Nueva York. El disco le encantó y decidió hacer una edición mundial, y me pidió
que hiciera un show en Nueva York con ella.
—¿Qué le
gustaría que la gente conociera de Teresa?
—Ya verás.
—De
alguna manera, en esta gira pone su nombre al servicio de otra artista, y se
pone usted en un segundo plano. ¿Es un gesto de generosidad o más bien un
aporte a la música?
—La
música es lo que más importa, no creo que me ponga en segundo plano. Cuando me
pidieron que lo hiciera en Nueva York, fue porque yo soy conocido y ella no
tanto. La gente viene por mi nombre, pero sabiendo que presento a una artista,
y tiene curiosidad. El trozo del show de ella es tan bueno que mi servicio está
hecho cuando llego para cantar. Mi parte es más larga que la suya, pero a veces
me siento mejor representado por lo que hace ella que por mi propia voz.
—Se ha
caracterizado por trabajar con diferentes compañeros musicales, en estudio o en
vivo. ¿Qué le aporta la colaboración constante con otros?
—Tengo
mucho amigos en la música y me gusta hacer cosas con ellos. En general es un
gran honor para mí: nunca creí tener mucho talento para la música, y todos esos
amigos son, en ese aspecto, muy superiores a mí. Tengo suerte de que a ellos
les guste lo que yo, sin tanto talento, llego a hacer con la música.
—¿Cómo
es hoy su vínculo con la guitarra? ¿Qué le da a sus canciones la interpretación
sólo a guitarra y voz, tan intimista?
—Siempre
me gustó cantar solo con mi guitarra, pero nunca me preparé para hacer algo de
calidad superior. Lo que hago es muy personal, no demasiado pobre musicalmente
como para irritar oyentes. Y lo hago con placer, así que vale la pena. Entro en
la vejez, mi voz me parece menos controlable, pero todavía me gusta cantar.
—Su disco
Muito! está siendo revisitado por otros artistas. ¿Qué recuerdo tiene de
aquel trabajo? ¿Qué lo hizo especial?
—Fue el
primero que hice con A Outra Banda da Terra, un grupo de amigos músicos
que querían hacer algo libre conmigo. La prensa en Brasil fue terriblemente
negativa cuando salió, las ventas no eran mejores, los shows no llenaban ni
siquiera teatros pequeños. Las radios no pasaban nada: "Terra" era
como prohibida por larga; pasaban canciones americanas e inglesas que duraban
más, pero es así... Después "Sampa", "Terra",
"Muito" y otras del disco empezaron a ser cantadas en la playa, y hoy
me alegra que nuevos jóvenes elijan ese disco.
—Y Fina
Estampa contribuyó a la integración de la música brasileña con la del resto
de América Latina. ¿Se siguen abriendo esas fronteras culturales?
—Fue un
disco muy personal. La canción de habla hispana americana tuvo fuerte presencia
en Brasil por décadas, y la fuerza que la música brasileña ganó en el público
brasileño a partir de la bossa nova —no digo que la bossa nova creó la fuerza
comercial de la canción brasileña en Brasil, estoy demarcando un período—,
combinada con la fuerza global de la canción anglo-americana, agravó la
sensación de separación entre Brasil y los otros países de Latinoamérica. Es
bueno que Brasil se especifique, pero me gustaría tener más y mejor diálogo con
la canción de habla española. No es justo ni real que estemos todos bajo la
fuerza del negocio del entretenimiento estadounidense.
—Recientemente
el Festival de Cine de Punta del Este fue inaugurado con una biopic de Elis
Regina, que aborda el concepto de música popular brasileña. ¿Se dio cuenta
entonces de que estaba formando parte de un nuevo movimiento musical?
—Entonces
intentaba crear, junto a Gil, Tom Zé, Gal, Mutantes, Rogério Duprat, lo que se
llamó tropicalismo; pero me acuerdo del tiempo en que se empezó a utilizar la
expresión "MPB". Elis era una gran cantante; musicalmente, la mejor
que llegó a ser una estrella.
—Hablando
de películas, "Cucurrucucú paloma" es parte de la nominada al Oscar Moonlight.
¿Cómo llegó a la película?
—"Cucurrucucú
paloma" está en Happy Together, en Hable con ella y ahora en
Moonlight, que no vi. Almodóvar quería ponerla en La flor de mi secreto,
pero Wong Kar Wai la usó sin autorización en Happy Together y Almodóvar
la dejó para utilizarla unos años después, y me llamó para que la cantara en
escena. Para Moonlight pidieron autorización y todo, dicen que es una
bella película.
—¿Cuál
ha sido el papel de la cultura en la crisis brasileña?
—Se
encontró dividida, como todo lo demás; está la tradición de izquierda y una ola
de derecha. Cuando la cosa fue para impeachment, los artistas se
pusieron de dos lados definidos. No es muy agradable.
—¿Está
trabajando en algún nuevo proyecto?
—Tengo
ganas de cantar con mis hijos. Estoy en Bahía, de vacaciones. Cuando vuelva a
Río veré. Tengo los show de la gira. que, con Europa, no es corta.
—¿De
qué o quién suele rodearse cuando está componiendo? ¿Busca nuevos métodos de
composición como ejercicio?
—Hice
canciones mientras charlaba con amigos, otras veces solo. No hay método.
—¿Qué
artista nuevo lo conmueve y qué artista de trayectoria nunca lo deja de
conmover?
—João
Gilberto es eterno. MC Beijinho, un chico de 19 años que hizo una canción para
el carnaval de Bahía llamada "Me libera, nga" me conmueve ahora
mismo.
Un show con "un poco de todo eso".
"Esto
no es un show de los dos, y no es un show mío con apertura de ella",
aclara Caetano Veloso. "Es un poco de todo eso. Yo la presento, ella hace
parte de su show con canciones de Cartola (con el magnífico guitarrista
Carlinhos Sete Cordas), yo canto canciones mías y cuando volvemos para
agradecer los aplausos, hacemos tres o cuatro juntos".
En cuanto
al repertorio propio que abordará, el brasileño cuenta que eligió canciones que
no estuvieran incluidas en la gira que realizó con Gilberto Gil, y que lo trajo
al Velódromo a fines de 2015. "Elegí las que fueran igual de relevantes
pero que hubiesen estado ausentes en aquel show. Hay algunas (muchas) que son
muy conocidas, y otras (pocas) casi nada conocidas", dice.
Para el
show del 7 y 8 en el Auditorio, hay entradas en Tickantel desde 1.600 pesos.
Teresa: "Observar a Caetano le hace bien a mi
timidez, me volví valiente".
—¿Qué significa para usted realizar esta gira de la mano de Caetano?
—Significa
que la vida está siendo buena comigo: estoy de gira con un artista
importantísimo para la música brasileña y para mi generación. Caetano es un
compositor genial, es un artista que admiro como creador y como persona. Así
como me emociono desde el público viéndolo a él, también me emociono con las
conversaciones, las historias, la inteligencia, con su perspectiva.
—Usted es
parte de la música brasileña hace muchos años. ¿Qué le inspira de Caetano y qué
cosas aprendió o heredó de él?
—Su capacidad de discernimiento es
inspiradora, quiero llegar a los 50 años de carrera con esa mirada fresca sobre
las cosas. Estoy aprendiendo de él a procurar más libertad en el arte que
produzco. Observarlo le hace bien a mi timidez; me volví más valiente.
—En el
concierto se centrará en "Teresa canta Cartola". ¿Sintió la necesidad
de revalorizar sus composiciones?
—Todas
las canciones de él que aprendía para cantar de noche me encantaban. Y en la
primera oportunidad que tuve de juntar todas esas canciones en un show, salió
un espectáculo que me ganó por completo. El hecho de cantar a un poeta de otra
cuna también contó; sería muy natural cantar a un poeta portelense (de la
escola Portela) pero cantar a Mangueira a través de los versos de Cartola
es muy desafiante, y amo eso.
—¿Qué
encontró en el samba?
—El samba
para mí no es solo la canción: es una forma de ser, una perspectiva de la
tristeza que me envuelve completamente. Es un lenguaje, una forma de vivir que
me completa. Escucho muchos géneros musicales y vibro con todos ellos, pero no
vivo sin samba.
El samba cumplió cien años y, a lo largo de este siglo de historia, se volvió el ritmo por excelencia de Brasil. En tu opinión, ¿cuáles son las contribuciones del samba para otros géneros de la música brasileña y para la propia comprensión del brasileño sobre su historia y cultura?
El samba fue poco a poco ocupando el lugar de ritmo brasileño por excelencia e incluso el género que representa Brasil. Esto tuvo que ver con los planes de Getúlio Vargas, nuestro dictador (después presidente) populista. Pero los elementos estéticos e históricos del samba sostienen esa ambición. El mito dice que él nació en Bahía (como todo en Brasil: los portugueses desembarcaron en Bahía, Salvador fue la primera capital, allí están las más grandes reliquias arquitectónicas del período colonial y los más importantes centros religiosos de origen africano). Es un hecho que, en Río, que devino capital del Imperio y la República, el samba tuvo desarrollos que configuraron su naturaleza hoy reconocible. Teniendo las más potentes emisoras de radio del país y las revistas de circulación nacional, Río difundió intensamente su cultura a través de las décadas. Hay manifestaciones musicales nordestinas, del norte, centro occidentales y del sur de gran fuerza. Pero el samba ganó el lugar central. Él nos da fuerza e identidad. Mitos son así.
Caetano
Veloso: “Montevideo es el costado dulce del Plata”
Tocar en Uruguay, el samba
a sus cien años de vida, el momento “sombrío” de Brasil, la razón de su
“reserva de optimismo”, la relación con Gil. En la semana en que se presenta en
Montevideo, esta vez al lado de la sambista carioca Teresa Cristina, Caetano
Veloso conversó sobre estos y otros temas con No Toquen Nada y 180.
El samba cumplió cien años y, a lo largo de este siglo de historia, se volvió el ritmo por excelencia de Brasil. En tu opinión, ¿cuáles son las contribuciones del samba para otros géneros de la música brasileña y para la propia comprensión del brasileño sobre su historia y cultura?
El samba fue poco a poco ocupando el lugar de ritmo brasileño por excelencia e incluso el género que representa Brasil. Esto tuvo que ver con los planes de Getúlio Vargas, nuestro dictador (después presidente) populista. Pero los elementos estéticos e históricos del samba sostienen esa ambición. El mito dice que él nació en Bahía (como todo en Brasil: los portugueses desembarcaron en Bahía, Salvador fue la primera capital, allí están las más grandes reliquias arquitectónicas del período colonial y los más importantes centros religiosos de origen africano). Es un hecho que, en Río, que devino capital del Imperio y la República, el samba tuvo desarrollos que configuraron su naturaleza hoy reconocible. Teniendo las más potentes emisoras de radio del país y las revistas de circulación nacional, Río difundió intensamente su cultura a través de las décadas. Hay manifestaciones musicales nordestinas, del norte, centro occidentales y del sur de gran fuerza. Pero el samba ganó el lugar central. Él nos da fuerza e identidad. Mitos son así.
La gira con Teresa Cristina empezó el año pasado y ya
pasó por EEUU, Europa y Ásia. El repertorio une Cartola y canciones tuyas que
ya no cantabas hace tiempos. ¿Esto fue cambiando a lo largo de los viajes? ¿Qué
se va a escuchar en Montevideo?
El repertorio de Teresa no cambió. El mío a veces cambia un poco: canto sólo con mi guitarra y puedo decidir un día cantar algo que no solía cantar antes. Pero la base general sigue la misma.
El repertorio de Teresa no cambió. El mío a veces cambia un poco: canto sólo con mi guitarra y puedo decidir un día cantar algo que no solía cantar antes. Pero la base general sigue la misma.
Estuviste diversas veces en Montevideo. ¿Qué le diría
a Teresa Cristina si ella te preguntara (tal vez haya preguntado) cómo es
Uruguay?
Teresa y yo charlamos sobre todas las cosas. Yo ya le dije a ella que Montevideo es el costado dulce del mundo del Plata.
Teresa y yo charlamos sobre todas las cosas. Yo ya le dije a ella que Montevideo es el costado dulce del mundo del Plata.
¿Cuáles son tus compositores e intérpretes de samba
favoritos y por qué?
Wilson Baptista, Noel Rosa, Dorival Caymmi, Geraldo Pereira, Assis Valente, Tom Jobim, Carlos Lyra, Chico Buarque, Paulinho da Viola, Jorge Ben, Gilberto Gil, Djavan, João Bosco & Aldir Blanc, Arlindo Cruz, Ary Barroso, Nelson Cavaquinho, Cartola, Ivone Lara, Bororó.
Esto sólo para decir los nombres que primero se me ocurrieron. La propia cantidad de ello explica lo difícil que sería intentar decir el porqué. Sobre los intérpretes: João Gilberto, Roberto Silva, Elza Soares, Ciro Monteiro, Aracy de Almeida, Carmen Miranda, Elis Regina, Ângela Maria, Zeca Pagodinho, Xande de Pilares, Teresa Cristina. Y más.
Wilson Baptista, Noel Rosa, Dorival Caymmi, Geraldo Pereira, Assis Valente, Tom Jobim, Carlos Lyra, Chico Buarque, Paulinho da Viola, Jorge Ben, Gilberto Gil, Djavan, João Bosco & Aldir Blanc, Arlindo Cruz, Ary Barroso, Nelson Cavaquinho, Cartola, Ivone Lara, Bororó.
Esto sólo para decir los nombres que primero se me ocurrieron. La propia cantidad de ello explica lo difícil que sería intentar decir el porqué. Sobre los intérpretes: João Gilberto, Roberto Silva, Elza Soares, Ciro Monteiro, Aracy de Almeida, Carmen Miranda, Elis Regina, Ângela Maria, Zeca Pagodinho, Xande de Pilares, Teresa Cristina. Y más.
Brasil es un país que solía transmitir al mundo un
imaginario de alegría, belleza, armonía racial (aunque sepamos no ser bien
así). Pero este imaginario viene cambiando por lo de la turbulencia
institucional, corrupción etc. ¿Cuál es la importancia de la cultura brasileña
para difundir un legado de valores positivos? ¿Pensás en esto, en que, además
de llevar tu música por el mundo, también llevás un Brasil considerado de
excelencia?
Brasil se consideraba un país triste. Cuando yo era niño, era sentido común la noción de que éramos un país triste. La idea, que surgió en el bello y famoso libro de Paulo Prado (“Retrato do Brasil”), de que el país se formó a partir de “tres razas tristes”, era difundida y nunca contestada. Las letras de las canciones eran casi, invariablemente, sobre amores fracasados (en esto éramos iguales a nuestros vecinos latinoamericanos y diferentes de la gente de EEUU).
Creo que las cosas empezaron a cambiar en el periodo de la bossa nova. Letras de Vinicius de Moraes y hasta de Dolores Duran presentaban situaciones de amor victorioso o feliz. Los informativos que pasaban en el cine empezaron a poner samba en la banda sonora de los reportajes sobre partidos de fútbol (esta mezcla de fútbol y samba fue algo que, visto primero en los cines, me dio la impresión de que Brasil sería capaz de crecer, enriquecer y brillar). Hoy vivimos, una vez más, la sensación de que no somos capaces de producir nada de positivo.
Tengo una reserva de optimismo loco que me hace seguir viendo que, si llegamos a hacer cosas que creíamos imposibles para nosotros, perdimos el derecho de decir que ciertas cosas son imposibles. Después que descubrimos que todo es posible, no podremos volver atrás. Sé que estamos en un momento en el que todo es sombrío. Pero veo Teresa en el escenario, escucho la guitarra de Carlinhos Sete Cordas y recobro la esperanza.
Brasil se consideraba un país triste. Cuando yo era niño, era sentido común la noción de que éramos un país triste. La idea, que surgió en el bello y famoso libro de Paulo Prado (“Retrato do Brasil”), de que el país se formó a partir de “tres razas tristes”, era difundida y nunca contestada. Las letras de las canciones eran casi, invariablemente, sobre amores fracasados (en esto éramos iguales a nuestros vecinos latinoamericanos y diferentes de la gente de EEUU).
Creo que las cosas empezaron a cambiar en el periodo de la bossa nova. Letras de Vinicius de Moraes y hasta de Dolores Duran presentaban situaciones de amor victorioso o feliz. Los informativos que pasaban en el cine empezaron a poner samba en la banda sonora de los reportajes sobre partidos de fútbol (esta mezcla de fútbol y samba fue algo que, visto primero en los cines, me dio la impresión de que Brasil sería capaz de crecer, enriquecer y brillar). Hoy vivimos, una vez más, la sensación de que no somos capaces de producir nada de positivo.
Tengo una reserva de optimismo loco que me hace seguir viendo que, si llegamos a hacer cosas que creíamos imposibles para nosotros, perdimos el derecho de decir que ciertas cosas son imposibles. Después que descubrimos que todo es posible, no podremos volver atrás. Sé que estamos en un momento en el que todo es sombrío. Pero veo Teresa en el escenario, escucho la guitarra de Carlinhos Sete Cordas y recobro la esperanza.
Vos dijiste que, sin Gil, no estarías haciendo música.
Sabemos de la relación profunda, histórica e intensa entre los dos, de tu
pasión por su dominio de la guitarra. ¿Pero por qué tu permanencia en la música
también está vinculada a la relación con Gil?
Viendo a Gil tocar en la tele de Bahía, me sorprendí con la posibilidad de que alguien tan cercano (Salvador era una ciudad chica en 1963) pudiera tocar guitarra con tanta riqueza e inventividad. Cuando lo conocí personalmente, pronto nos volvimos amigos y yo aprendí todo lo que sé sobre acordes mirando las manos de Gil sobre las cuerdas y los trastes. Después, cuando yo --sabiendo que mi talento musical es limitado y muy inferior al de colegas como él, Milton, Djavan o João Bosco-- quise dejar de hacer música profesionalmente, Gil me dijo que no, que si yo dejara él también dejaría. Y él era la música para mí.
Con: Caetano Veloso, Teresa Cristina y Carlinhos Sete Cordas.
Dónde: Auditorio Nacional Adela Reta. Cuándo: 7 y 8 de marzo (el comentario se basa en la actuación de martes 7.
Fotos: Marcelo Bonjour
Viendo a Gil tocar en la tele de Bahía, me sorprendí con la posibilidad de que alguien tan cercano (Salvador era una ciudad chica en 1963) pudiera tocar guitarra con tanta riqueza e inventividad. Cuando lo conocí personalmente, pronto nos volvimos amigos y yo aprendí todo lo que sé sobre acordes mirando las manos de Gil sobre las cuerdas y los trastes. Después, cuando yo --sabiendo que mi talento musical es limitado y muy inferior al de colegas como él, Milton, Djavan o João Bosco-- quise dejar de hacer música profesionalmente, Gil me dijo que no, que si yo dejara él también dejaría. Y él era la música para mí.
EL
PAIS
Miércoles, Marzo 8
de 2017
Un anfitrión de lujo para
una voz hermosa
No hay
nada más estimulante que el gran arte. Y eso que lo estamos cambiando por tanta
de esas pavadas que andan en la vuelta. Pero cuando uno se enfrenta a un
espectáculo del nivel del que ofrecieron Caetano Veloso, Teresa Cristina y
Carlinhos Sete Cordas, el martes y el miércoles en el Auditorio Adela Reta, es
imposible no sentirse transformado, saberse un poco mejor.
FERNÁN
CISNERO
La
historia de cómo se cruzaron Teresa Cristina y Caetano Veloso ya se ha repetido
en estos días. Al bahiano le encantó el disco que la carioca le dedicó a la
música de Cartola, el más grande sambista brasileño, aquel al que también
versionó Ney Matogrosso. Le gustó tanto que le pidió a su sello estadounidense (Nonesuch)
que lo publicará en Estados Unidos. A cambio ofreció salir de gira para
promocionarlo.
Fue una suerte porque lo que brindaron Teresa Cristina y su mentor y anfitrión de la noche, Caetano Veloso, en sus dos días en el Auditorio Adela Reta fue de tal calidad musical que es muy probable que aguante hasta diciembre como uno de los espectáculos del año.
El show, que rondó las dos horas, está dividido en tres partes. En la primera Teresa Cristina repasa su disco dedicado a Cartola acompañada por Carlinhos Sete Cordas, una guitarrista de Niteroi. Teresa resultó, como quedaba claro en el disco, una cantante extraordinaria en una tradición bien brasilera, sí, pero que también tiene la influencia de aquellas negras portentosas como Nina Simone o Ella Fitzgerald. Es histriónica en dosis justas, tiene una simpatía tímida y canta con una cadencia seductora. Lo que hace Carlinhos Sete Cordas es tan genial y sorprendente que aporta un tercio de lo bueno que está el show. Sin él no hubiera sido lo mismo.
El generoso tramo del medio del espectáculo es para Veloso acompañado por su guitarra. Así, el bahiano -que sigue generando un cariño grande en sus seguidores locales, tiene 74 años y está girando por todo el mundo con este espectáculo- paseó por todo su repertorio en arreglos juguetones e imaginativos que lo mostraron en todo su potencial como intérprete.
Su set lo empezó con “Luz de sol” y lo cerró con “Sozinho”, tremendo clásico. En el medio repasó canciones de todas sus épocas algunas de las conocidas y otras de las que no lo son tanto. Mezcló música brasileña, tropicalismo, experimentación y sicodelia con versiones deslumbrantes, por nombrar solo, de “Cucurrucucu Paloma” y “Un indio”.
Dio un espectáculo maravilloso. Hizo lo que quiso con su voz y ese carisma escénico tan suyo y tan medido sorteando incluso unas breves complicaciones con un audio que, por otra parte, se escuchó nítido y fuerte. Ver a Veloso siempre es una experiencia trascendental: es la oportunidad de disfrutar ahí nomás de uno de los más grandes músicos del mundo.
En la última parte, Teresa y Carlinhos Sete Cordas se sumaron en plan amigos y hubo otro rato de canciones de Veloso. La combinación funciona y uno agradece -esos juegos de guitarra, ese cariño mutuo que se muestran los tres en escena- con ese susurro que se vuelve coro que corresponde para acompañar las canciones en estos acontecimientos tan delicados.
Después vino la ovación. Y todos nos fuimos sintiéndonos como una versión mejorada de nosotros mismos. Caetano siempre sabe cómo hacernos eso.
Fue una suerte porque lo que brindaron Teresa Cristina y su mentor y anfitrión de la noche, Caetano Veloso, en sus dos días en el Auditorio Adela Reta fue de tal calidad musical que es muy probable que aguante hasta diciembre como uno de los espectáculos del año.
El show, que rondó las dos horas, está dividido en tres partes. En la primera Teresa Cristina repasa su disco dedicado a Cartola acompañada por Carlinhos Sete Cordas, una guitarrista de Niteroi. Teresa resultó, como quedaba claro en el disco, una cantante extraordinaria en una tradición bien brasilera, sí, pero que también tiene la influencia de aquellas negras portentosas como Nina Simone o Ella Fitzgerald. Es histriónica en dosis justas, tiene una simpatía tímida y canta con una cadencia seductora. Lo que hace Carlinhos Sete Cordas es tan genial y sorprendente que aporta un tercio de lo bueno que está el show. Sin él no hubiera sido lo mismo.
El generoso tramo del medio del espectáculo es para Veloso acompañado por su guitarra. Así, el bahiano -que sigue generando un cariño grande en sus seguidores locales, tiene 74 años y está girando por todo el mundo con este espectáculo- paseó por todo su repertorio en arreglos juguetones e imaginativos que lo mostraron en todo su potencial como intérprete.
Su set lo empezó con “Luz de sol” y lo cerró con “Sozinho”, tremendo clásico. En el medio repasó canciones de todas sus épocas algunas de las conocidas y otras de las que no lo son tanto. Mezcló música brasileña, tropicalismo, experimentación y sicodelia con versiones deslumbrantes, por nombrar solo, de “Cucurrucucu Paloma” y “Un indio”.
Dio un espectáculo maravilloso. Hizo lo que quiso con su voz y ese carisma escénico tan suyo y tan medido sorteando incluso unas breves complicaciones con un audio que, por otra parte, se escuchó nítido y fuerte. Ver a Veloso siempre es una experiencia trascendental: es la oportunidad de disfrutar ahí nomás de uno de los más grandes músicos del mundo.
En la última parte, Teresa y Carlinhos Sete Cordas se sumaron en plan amigos y hubo otro rato de canciones de Veloso. La combinación funciona y uno agradece -esos juegos de guitarra, ese cariño mutuo que se muestran los tres en escena- con ese susurro que se vuelve coro que corresponde para acompañar las canciones en estos acontecimientos tan delicados.
Después vino la ovación. Y todos nos fuimos sintiéndonos como una versión mejorada de nosotros mismos. Caetano siempre sabe cómo hacernos eso.
Caetano presenta a Teresa (*****)
Con: Caetano Veloso, Teresa Cristina y Carlinhos Sete Cordas.
Dónde: Auditorio Nacional Adela Reta. Cuándo: 7 y 8 de marzo (el comentario se basa en la actuación de martes 7.
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