2014 - 11 de noviembre
Show "ABRAÇAÇO"
11/11/2014 |
Miércoles, 12 de noviembre de
2014
Así fue el show de Caetano
Veloso en Mendoza
La leyenda viviente brasileña presentó en el
Bustelo a “Abraçaço”, una eléctrica colisión del rock con la bossa nova, el
funk y el pagode.
Por Pablo Pereyra
La leyenda viviente brasileña
cerró el martes la gira de conciertos por el país en el Ángel Bustelo con la
presentación del álbum “Abraçaço”, una eléctrica colisión del rock con la bossa
nova, el funk y el pagode, al que adjuntó con clásicos del “Tropicalismo”.
Los que creyeron que Caetano Veloso, en
su debut en Mendoza y en la despedida de su gira por nuestro país, ofrecería un
repertorio obsecuente con hits del pasado, como lo hubiera hecho cualquier otro
cantante de moda, se equivocaron.
El bahiense, un auténtico artista
de vanguardia, inquieto, creativo, siempre en evolución, se trajo un poderoso y
vibrante concierto de rock, que para colmo no tenía tampoco nada de clásico,
más bien sonó bien alternativo. Y el mismo Caetano, vale decirlo, se comportó
en todo momento como una genuina estrella de rock. Porque él es en definitiva
el último Jagger carioca y como tal se vino a cumplir con entusiasmo con lo que
estaba anunciado: presentar “Abraçaço”, el trabajo que cierra una trilogía de
álbumes con su Banda
Cê, formada por Pedro
Sá (guitarra), Ricardo
Dias Gomes (bajo y teclado) y Marcelo Callado (batería y
percusión). Músicos impresionantes.
Aunque sí hubo algo de aquella
revaluación de la música tradicional brasileña, aquel movimiento del
“Tropicalismo” que muchos espectadores pagaron por escuchar, este se alternó
con mínimas intervenciones con alguno que otro tema emblemático y esperable,
pero fue siempre la prioridad “Abraçaço”, un material exquisito que ya lleva
dos años horneándose en vivo y eso se notó en las primeras poderosas notas de
la contagiosa “A bossa nova e foda”, la canción que abrió el recital pasadas
las 21.40 en un Bustelo con más de 1500 espectadores y que a su vez también es
la apertura de la placa.
A Caetano, que cumplió 72 años
en agosto, se lo disfrutó jovial, rebosante de energía y con su sonrisa y
carisma intactos. Sólo le llevó unos segundos apropiarse del escenario; lo
recorrió de punta a punta, hizo ademanes eróticos, arengó pasos y hasta incluyó
una sensual apertura de camisa.
En este arranque fiestero
estrenó para nuestra platea “Quando o galo cantou” y “Abraçaço” – el tema que
le da nombre al disco - que incluyó un final en el que el trío abandona sus
instrumentos y abrazan a Caetano aludiendo a la foto de tapa del álbum. En esta
apertura, se coló el cover “Baby” de Os
Mutantes de 1968, ubicado en el segundo lugar de una placentera
lista de más de veinte canciones.
-“¡Estoy feliz de estar en
Mendoza! ¿Quién está de cumpleaños?” – saludó a continuación y de inmediato
cantó la onomatopéyica “Parabens” (“Felicidades”), insertándole luego “Homen”,
del primero de los álbumes de la trilogía, llamado “Cé”, de 2006. Más adelante
volvería a sonar otra canción de este álbum, la bella “Odeio”, dos temas de un
trabajo que todavía suena a experimento, aunque muy complementario con
“Abraçaço”.
Caetano después amortiguó la
euforia inicial con dos canciones muy suaves del disco que vino a presentar:
“Um comunista” – tributo a su coprovinciano y militante Carlos Marighella
-, la más política y también una de las más extensas y la bella balada “Estou
triste”. En el medio, un clásico inesperado; “Triste bahia", que grabó con
Gregório de Mattos
para el álbum de 1972, “Transa”. Este trípico consiguió relajar a la platea
hasta sumergirla en una atmósfera íntima, una atmósfera que él manejó a su
antojo a lo largo de todo el concierto, pasando del estallido de la samba al
acústico minimalista.
Y el carnaval continuó mezclando
“Abraçaço” y otros históricos, como “Escapulário”, del álbum “Jóia” de
1975; “Quero ser justo”; “Eclipse oculto” y “Alguém cantando ”- otro temón que
grabó con Gal Costa
en los 70 – y no dio respiro con “De noite na cama”, - rescatado del álbum
recopilatorio “Temporada De Verão - Ao Vivo Na Bahia”, de 1974 - uno de los
momentos de la noche, en el que Caetano se desabotonó por completo su camisa,
consiguiendo una ovación.
Siguió con “O império da lei”,
de “Abraçaço” y ya sólo él con una guitarra blanca a los hombros interpretó
“Reconvexo”, dedicada a su hermana Maria
Bethânia.
En la recta final, el público se
puso de pie y ocupó el frente del escenario, unos para aplaudir y bailar o para
fotografiar el momento y otros – espectadores que no entendieron de qué se
trató este recital - para reclamarle de cerca más clásicos y menos rock.
Caetano se fue por primera vez
con la tierna “Você não entende nada” que registrara en vivo en aquel estupendo
disco “Caetano e Chico Juntos e Ao Vivo”, con Chico Buarque en 1972 y al volver, ya
sin la banda y sólo con su guitarra y su voz, cantó “Tonada de luna llena”, el
clásico almodovariano del venezolano Simón
Díaz; “Paula e Bebeto”- que compuso junto a Milton Nascimento
-; la añorada “O leãozinho” y ya si, clausurar finalmente con el grupo otra vez
en el escenario con “A luz de Tieta”, del álbum “Prenda Minha” y “Desde que o
Samba é Samba” que grabó con Gilberto
Gil.
Este repertorio de estreno en
Mendoza, con estupendos arreglos experimentales, complejos riffs a lo Jonny Greenwood y
explosiones de percusión, desplazó desde el primer minuto toda evocación
folclórica. Y por eso, por no ceder a la demagogia y por la voz y el talento de
Caetano y su banda, este se ha convertido en uno de los recitales del año.
Dicho sea de paso, también ha
sido una agradable coincidencia que Caetano visitara la provincia la misma
semana del estreno en Cine Universidad del imperdible documental “Tropicalia”,
de Marcelo Machado,
que explora con material inédito a este importante movimiento cultural del que
Caetano formó parte junto a otros iconos como Gilberto Gil, Tom Zé, Mutantes y
otros.
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