El cantautor brasileño Caetano Veloso se presentará por primera vez en Asunción, el próximo 8 de marzo, durante un concierto en la Confederación Sudamericana de Fútbol.
Caetano Veloso cativa paraguaios em seu primeiro show em Assunção
Assunção, 8 mar (EFE).- Caetano Veloso cativou hoje um seleto público paraguaio durante sua primeira apresentação em Assunção e a segunda no Paraguai.
Ao lado da Banda Cê, Caetano tocou para mais de duas mil pessoas no centro de eventos da Confederação Sul-Americana de Futebol (CSF), nos arredores da capital paraguaia.
Depois de passar pela Argentina, onde fez dois shows no teatro Gran Rex de Buenos Aires, Caetano apresentou músicas de último disco, "Zii e Zie" e fez um percurso por seus grandes sucessos.
Em 30 de outubro de 2009, Caetano fez sua primeira apresentação no Paraguai em Ciudad del Este, a 330 quilômetros de Assunção e na fronteira com Foz do Iguaçu (PR).
Os ingressos para o show na capital paraguaia custaram entre US$ 45 e US$ 200.
Caetano continua em turnê pela América Latina no mês de março. Na próxima quarta-feira, se apresenta em Montevidéu, no estádio Centenário. Depois, faz shows no Chile, Peru e México.
Asunción,
EFE 9 de marzo de 2010.
Caetano Veloso cautiva a los paraguayos en su primera velada en Asunción
El consagrado cantautor brasileño Caetano Veloso cautivó hoy a un selecto público paraguayo durante su primera velada en Asunción y la segunda en Paraguay, en la que ofreció un variado repertorio.
El
artista brasileiro Caetano Veloso se presentó ante más de 2.000 personas en el
centro de eventos de la Confederación Sudamericana de Fútbol (Conmebol), a las
afueras de la capital paraguaya. EFE/Archivo
Veloso, uno de los fundadores del movimiento cultural brasileño "Tropicalia", se presentó ante más de 2.000 personas en el centro de eventos de la Confederación Sudamericana de Fútbol (Conmebol), a las afueras de la capital paraguaya.
El destacado artista, proveniente de Argentina, donde ofreció dos recitales en el teatro Gran Rex de Buenos Aires, presentó temas de su más reciente producción, "Zii e zie", con la Banda Cé, y realizó un recorrido por sus grandes éxitos.
A sus 67 años, se presentó por segunda vez en Paraguay tras el concierto exclusivo que ofreció el 30 de octubre pasado en Ciudad del Este, a 330 kilómetros de Asunción y colindante con la localidad brasileña de Foz do Iguazú.
Las entradas para el recital en esta capital costaron de entre 45 y 200 dólares.
Tras su recital en Asunción, Caetano se trasladará a Montevideo, donde el miércoles próximo se presentará en el estadio Centenario, y luego proseguirá su gira por Chile, Perú y México.
9 de Marzo de 2010
20:42
Paraguay - abcdigital
UNA
MEZCLA DE DISTORSION Y LIRISMO
Caetano Veloso se arroja sin redes
Sergio
Ferreira
Caetano Veloso junto
a Marcelo Callado y Ricardo Dias Gomes en un momento del concierto que ofreció
en el auditorio de la Conmebol
“Tem
que ser viola” (Tiene que ser guitarra) repetía Caetano Veloso en la primera
canción del concierto que ofreció el lunes en la Conmebol, una adaptación de
una vieja canción que había grabado con Os Mutantes en 1968: “A voz do morto”.
Y era la carta de
presentación de lo que íbamos a ver esa noche: Un show donde la guitarra
eléctrica tenía una presencia predominante: la fuerza de un rock casi
psicodélico en contraste con la voz aguda de Veloso. Un concierto que muestra
lo que Caetano siempre ha sido: un artista que está mucho más allá de los
rótulos y que se arriesga en pos de su arte.
Caetano fue mucho más allá de hacer una nueva versión de un tema suyo, prácticamente perdido. En su espíritu antropofágico la ha puesto a la par de canciones nuevas, consideradas de poca monta por la media, interpretadas por el grupo Fantasmao y Psirico, desconocidos en nuestro país. Una “melange” irreverente y de choque. Ya el tema original expresa con desenfado: “Ellos quieren salvar las glorias nacionales/ Las glorias nacionales, pobres/ Nadie me salva/ nadie me engaña/ soy alegre/ soy terrible/ soy el samba”.
Caetano fue mucho más allá de hacer una nueva versión de un tema suyo, prácticamente perdido. En su espíritu antropofágico la ha puesto a la par de canciones nuevas, consideradas de poca monta por la media, interpretadas por el grupo Fantasmao y Psirico, desconocidos en nuestro país. Una “melange” irreverente y de choque. Ya el tema original expresa con desenfado: “Ellos quieren salvar las glorias nacionales/ Las glorias nacionales, pobres/ Nadie me salva/ nadie me engaña/ soy alegre/ soy terrible/ soy el samba”.
En la misma onda de
arriesgarse, el segundo tema del concierto fue “Sem cais” (sin muelle) donde se
pregunta hasta dónde puede llegar.
Veloso ofreció un concierto de casi dos horas con el excelente trío integrado por el guitarrista Pedro Sá, el baterista Marcelo Callado y el bajista Ricardo Dias Gomes, con quienes ha grabado sus últimos discos. El show tenía una fuerza rockera que podría haber sido promocionado para un público más joven. Los discos “Zii e zie” y “Cê” se caracterizan por su fuerza eléctrica, comandada por Sá, un genial guitarrista que sabe hacer valer los recursos de los pedales distorsionadores. Una nueva lectura del rock de los sesenta y setenta, con el espíritu desencantado de esta época.
Pero para aquellos que mostraban desencanto, Veloso desenvainó a continuación una de sus canciones más queridas: “Trem das cores”, donde se expresa todo su lirismo, su gran sensibilidad poética, como también se pudo apreciar ese lirismo punzante en “Perdeu”, canción casi heredera de la poesía concreta, de una dureza casi tangible.
A “María Bethania” le quitó toda su carga de tristeza y la dedicó a Augusto Boal, el dramaturgo brasileño fallecido el año pasado. No faltó un tango en el concierto, “Volver”, y en el segmento acústico del show interpretó nuestro “Recuerdos de Ypacaraí”, con acordes abiertos, sin intenciones de sonar como una guarania. La enganchó con “Aquele frevo achë”, una canción suya que la había grabado primero Gal Costa, en 1999.
Otro tema llamativo del show es “La base de Guantánamo”, en el que cuestiona la presencia de este campo de concentración estadounidense en el suelo cubano.
Entre sus temas antiguos incluyó una versión bien distorsionada de “Eu sou neguinha?”, junto con “A cor amarela”, de “Zii e zie”. En el bis, volvió con otro clásico “Força estranha”, que la había grabado primero Roberto Carlos y Gal Costa, pero que pertenece a su amplio cancionero.
Caetano no descansó en todo el show, moviéndose por todo el escenario con su guitarra sin cuerpo o bailando sus pasos contracturados, o gesticulando con las manos. Casi no habló con el público. Trajo su música y eso fue suficiente para comunicar mucho. Esperemos que no sea la última vez.
Veloso ofreció un concierto de casi dos horas con el excelente trío integrado por el guitarrista Pedro Sá, el baterista Marcelo Callado y el bajista Ricardo Dias Gomes, con quienes ha grabado sus últimos discos. El show tenía una fuerza rockera que podría haber sido promocionado para un público más joven. Los discos “Zii e zie” y “Cê” se caracterizan por su fuerza eléctrica, comandada por Sá, un genial guitarrista que sabe hacer valer los recursos de los pedales distorsionadores. Una nueva lectura del rock de los sesenta y setenta, con el espíritu desencantado de esta época.
Pero para aquellos que mostraban desencanto, Veloso desenvainó a continuación una de sus canciones más queridas: “Trem das cores”, donde se expresa todo su lirismo, su gran sensibilidad poética, como también se pudo apreciar ese lirismo punzante en “Perdeu”, canción casi heredera de la poesía concreta, de una dureza casi tangible.
A “María Bethania” le quitó toda su carga de tristeza y la dedicó a Augusto Boal, el dramaturgo brasileño fallecido el año pasado. No faltó un tango en el concierto, “Volver”, y en el segmento acústico del show interpretó nuestro “Recuerdos de Ypacaraí”, con acordes abiertos, sin intenciones de sonar como una guarania. La enganchó con “Aquele frevo achë”, una canción suya que la había grabado primero Gal Costa, en 1999.
Otro tema llamativo del show es “La base de Guantánamo”, en el que cuestiona la presencia de este campo de concentración estadounidense en el suelo cubano.
Entre sus temas antiguos incluyó una versión bien distorsionada de “Eu sou neguinha?”, junto con “A cor amarela”, de “Zii e zie”. En el bis, volvió con otro clásico “Força estranha”, que la había grabado primero Roberto Carlos y Gal Costa, pero que pertenece a su amplio cancionero.
Caetano no descansó en todo el show, moviéndose por todo el escenario con su guitarra sin cuerpo o bailando sus pasos contracturados, o gesticulando con las manos. Casi no habló con el público. Trajo su música y eso fue suficiente para comunicar mucho. Esperemos que no sea la última vez.
9 de Marzo de 2010
abcdigital
- paraguay
DISTORSION
Y LIRISMO DE LA MANO DE “ZII E ZIE”, DURANTE EL GRAN SHOW DEL BAHIANO
Una noche en la Conmebol con un Caetano
más eléctrico
El Caetano más
eléctrico se presentó anoche en el auditorio de la Conmebol. El cantante
bahiano presentó los temas de su disco “Zii e zie”, más algunas composiciones
de su larga carrera, extraídos de diferentes momentos. Para el repertorio,
Caetano buscó conexiones en su carrera con su obra actual. Fue un gran show del
artista brasileño ante un exigente público que desde tempranas horas se
congregó en el escenario.
Sergio
Ferreira
Caetano Veloso, con la guitarra eléctrica colgada, saluda al público con los brazos abiertos. |
Así, arrancó el show
con una canción escondida que había grabado con Los Mutantes en 1968, “A voz do
morto” (La voz del muerto) y que fue editada en un disco compacto de cuatro
temas. El tema era un happening eléctrico al estilo de la Tropicalia de esos
años y que Veloso la ha transformado en uno nuevo, adaptándolo al estilo del
trío del guitarrista Pedro Sá, el baterista Marcelo Callado y el bajista
Ricardo Dias Gomes, con quienes ha grabado sus últimos discos y realiza su
actual gira desde mediados del año pasado.
El músico también ha rescatado dos canciones distorsionadas de fines de los sesenta: “Irene” y “Nao identificado”, para presentarlas en el nuevo sonido que denomina “transamba” , en el que interpreta sambas brasileños en un esquema de rock indie, contemporáneo. La guitarra eléctrica es la que manda en el concierto, contrarrestando con el lirismo característico de Veloso.
Caetano se presentó con su guitarra sin caja y con una ropa prácticamente de calle, sin el porte de “caballero de fina estampa” de la década pasada. En el escenario, el ala delta montado, como a punto de volar. Una estampa de Río de Janeiro diferente de la típica postal del Pan de Azúcar, el Cristo Redentor o las veredas de Copacabana. Así también no es Ipanema la que está presente sino “Lapa”, el viejo barrio carioca, hoy convertido en el punto de la nueva bohemia, con sus bares de choro y su Fundición Progreso (donde Caetano ensayó sus nuevos temas en una serie de conciertos). A este barrio, Caetano le canta en uno de los surcos de “Zii e Zie”.
El ala delta parecía volar con las imágenes que se proyectaban tras la banda y que mostraba el cielo de Río en algunos momentos.
EL SHOW
El show incluyó una veintena de temas, entre ellas “A base de Guantánamo”, “Odeio”, “Perdeu”, “Sem cais” , “Fuerza extraña”, entre otras.
Veloso llegó a Asunción el domingo a la noche, procedente de Buenos Aires, donde ofreció dos shows en el teatro Gran Rex. De aquí partirá a Montevideo y luego retornará a Buenos Aires donde ofrecerá un tercer show, en reemplazo del que iba a ofrecer en Santiago de Chile y que fue suspendido debido al terremoto que asoló al país días pasados.
BAHIA DISTORSIONADA
A las 21:30 se inició el show de Veloso en la Conmebol y se extendió hasta poco después de las 23:00.
En la calle, los típicos “cuidadores de autos” exigían G. 10.000, apenas uno llegaba, de una manera prácticamente intimidatoria.
El músico también ha rescatado dos canciones distorsionadas de fines de los sesenta: “Irene” y “Nao identificado”, para presentarlas en el nuevo sonido que denomina “transamba” , en el que interpreta sambas brasileños en un esquema de rock indie, contemporáneo. La guitarra eléctrica es la que manda en el concierto, contrarrestando con el lirismo característico de Veloso.
Caetano se presentó con su guitarra sin caja y con una ropa prácticamente de calle, sin el porte de “caballero de fina estampa” de la década pasada. En el escenario, el ala delta montado, como a punto de volar. Una estampa de Río de Janeiro diferente de la típica postal del Pan de Azúcar, el Cristo Redentor o las veredas de Copacabana. Así también no es Ipanema la que está presente sino “Lapa”, el viejo barrio carioca, hoy convertido en el punto de la nueva bohemia, con sus bares de choro y su Fundición Progreso (donde Caetano ensayó sus nuevos temas en una serie de conciertos). A este barrio, Caetano le canta en uno de los surcos de “Zii e Zie”.
El ala delta parecía volar con las imágenes que se proyectaban tras la banda y que mostraba el cielo de Río en algunos momentos.
EL SHOW
El show incluyó una veintena de temas, entre ellas “A base de Guantánamo”, “Odeio”, “Perdeu”, “Sem cais” , “Fuerza extraña”, entre otras.
Veloso llegó a Asunción el domingo a la noche, procedente de Buenos Aires, donde ofreció dos shows en el teatro Gran Rex. De aquí partirá a Montevideo y luego retornará a Buenos Aires donde ofrecerá un tercer show, en reemplazo del que iba a ofrecer en Santiago de Chile y que fue suspendido debido al terremoto que asoló al país días pasados.
BAHIA DISTORSIONADA
A las 21:30 se inició el show de Veloso en la Conmebol y se extendió hasta poco después de las 23:00.
En la calle, los típicos “cuidadores de autos” exigían G. 10.000, apenas uno llegaba, de una manera prácticamente intimidatoria.
A la entrada de la
Conmebol había sonido de arpas en la zona de la fuente y a la salida, lo que se
escuchaba era el “Baba O’Reilly” de The Who.
Quienes querían escuchar al Caetano más romántico pudieron haber quedado decepcionados. El bahiano vino con toda la polenta para rockear.
Quienes querían escuchar al Caetano más romántico pudieron haber quedado decepcionados. El bahiano vino con toda la polenta para rockear.
El concierto fue producido por Escenario y combina más con el show de Franz Ferdinand que la productora presentará la próxima semana (martes 16, en el Rakiura)
PARAGUAY - LA NACION – 10-03-10
Un viaje renovado por cuatro décadas intensas
Caetano Veloso impactó con sonido transgresor y
rockero
El músico brasileño
actuó en la noche del lunes ante dos mil personas en la sede de la Conmebol.
A eso de las 21:25, la ansiedad de la espera se convirtió en ovación para recibir al artista bahiano, de 67 años, y su trío. Como única escenografía: un ala delta, tendido apenas sobre la cabeza del baterista. Primera idea: el artefacto iba a subir y la metáfora: el show iba a tomar vuelo. No.
De golpe, Veloso despachó el sonido visceral de “A voz do morto”, un salto hasta 1968, era Os Mutantes, tropicalismo puro, vanguardismo genial. O sea: el ala delta ya estaba por lo alto, muy.
Y esa fue la pista: el que le puso el nombre al movimiento artístico de finales de los 60 no venía a renacer de las cenizas. La transgresión vital de Veloso se tiñe hoy de una profunda simplicidad. Esa voz sin tiempo, esa estilización única del artista, se realza e hipnotiza desde esa estructura rockera, cargada de distorsiones que le ha construido el guitarrista Pedro Sá (de 30 años), apoyado en la enérgica precisión de los veinteañeros Ricardo Dias Gomes (bajo) y Marcelo Callado (batería); ellos son la Banda Cé, desde 2006. Y Veloso no tiene 67, “rockeó” y se “estremeció” durante hora y media.
Dos pasajes “paraguayos”: una “Maria Bethânia” 2000, que compuso en su exilio en Londres en los 70, dirigida a su hermana; Veloso señaló que la dedican a la memoria de Augusto Roa Bastos, desde que estrenó este espectáculo de “Zii e zie” en Río. Mitad del recital: el trío deja el escenario solo para Caetano, banquito, guitarra acústica y reflector cerrado. Intimismo para “Aquele frevo axé” (de 1998), enganchado a “Recuerdos de Ypacaraí”. La emoción es tan predecible… y masiva.
Nueve de los trece tracks de su último disco (el número 42) armaron la mitad del repertorio. Instantes sanguíneos: “Volver” (sin tango), “Base de Guantánamo” y “Eu sou neguinha?”, para despedirse. Dos bises. Caetano suelta un “Viva Roberto Carlos” en alguna rendija de “Forca estranha”, de su autoría y grabada con el otro monstruo hace dos años. Y el ala delta se queda volando… muy dentro, tan lejos.
Miércoles,
10 de Marzo de 2010
ÚLTIMA HORA
Musicalidad canalizada por el rock
Por Marco López
Con
el planeador de ala delta montado en el centro del escenario del Salón de
Convenciones de la Conmebol, Caetano Veloso invitó al público paraguayo a volar
con su música, el lunes.
Algunos, sin embargo, no aceptaron de buena gana el recorrido de 90 minutos a través de un repertorio plagado de sonidos roqueros que el artista brasileño desplegó con una contundencia irreprochable, acompañado por su sólida banda Cé.
El Caetano Veloso que se presentó en Luque mantuvo el espíritu inquieto, el del explorador siempre insatisfecho que le llevó a convertirse en un ícono viviente. Quizás por eso sus nuevas canciones y arreglos fueron demasiado para la digestión de una parte del público que se esperaba "más música y menos ruido" y que acompañó de forma apática gran parte del show.
Sin embargo, fue justamente esa compatibilidad tan exquisitamente elaborada entre la desbordante musicalidad de Caetano y los sonidos o "ruidos" (riff distorsionados, feedback, uso de phaser y wah, entre otros tantos recursos), la que hizo feliz a la gran mayoría de los que asistimos al evento.
El rapeo frenético de Perdeu, cuya letra estriba en la conflictiva y violenta vida en las favelas, fue uno de los ejemplos de la contemporaneidad que busca Veloso en su nuevo disco Zii e Zie.
Con una suave interpretación de Recuerdos de Ypacarai se cumplió el único momento exclusivamente acústico y solitario de la noche.
Por otra parte, Pedro Sá en guitarra, Ricardo Dias Gomes en bajo y Fender Rhodes, y Marcelo Callado en batería, se complementaron a la perfección con el maestro, que a los 68 años puede cantar y roquear más y mejor que cualquiera.
El sonido y el escenario, en el que se proyectaron imágenes en blanco y negro y sepia de Río de Janeiro, La Habana y otras locaciones, ayudaron a redondear la refinada y original propuesta del brasileño. La producción del evento corrió por cuenta de Escenario.
Algunos, sin embargo, no aceptaron de buena gana el recorrido de 90 minutos a través de un repertorio plagado de sonidos roqueros que el artista brasileño desplegó con una contundencia irreprochable, acompañado por su sólida banda Cé.
El Caetano Veloso que se presentó en Luque mantuvo el espíritu inquieto, el del explorador siempre insatisfecho que le llevó a convertirse en un ícono viviente. Quizás por eso sus nuevas canciones y arreglos fueron demasiado para la digestión de una parte del público que se esperaba "más música y menos ruido" y que acompañó de forma apática gran parte del show.
Sin embargo, fue justamente esa compatibilidad tan exquisitamente elaborada entre la desbordante musicalidad de Caetano y los sonidos o "ruidos" (riff distorsionados, feedback, uso de phaser y wah, entre otros tantos recursos), la que hizo feliz a la gran mayoría de los que asistimos al evento.
El rapeo frenético de Perdeu, cuya letra estriba en la conflictiva y violenta vida en las favelas, fue uno de los ejemplos de la contemporaneidad que busca Veloso en su nuevo disco Zii e Zie.
Con una suave interpretación de Recuerdos de Ypacarai se cumplió el único momento exclusivamente acústico y solitario de la noche.
Por otra parte, Pedro Sá en guitarra, Ricardo Dias Gomes en bajo y Fender Rhodes, y Marcelo Callado en batería, se complementaron a la perfección con el maestro, que a los 68 años puede cantar y roquear más y mejor que cualquiera.
El sonido y el escenario, en el que se proyectaron imágenes en blanco y negro y sepia de Río de Janeiro, La Habana y otras locaciones, ayudaron a redondear la refinada y original propuesta del brasileño. La producción del evento corrió por cuenta de Escenario.
Marzo
10, 2010
Periódico E'a - Paraguay
Un paseo en Aladelta: Caetano Veloso, clásico y moderno
Jorge Zárate
El cantautor brasileño Caetano Velosos y la Banda Ce dieron el lunes pasado un concierto en el Centro de Convenciones de la Confederación Sudamericana de Fútbol (CSF), en Luque. El bahiano tocó sus clásicos y sorprendió con músicas experimentales que exploran más allá del rock y la samba.
“O
fato dos americanos
Desrespeitarem
Os direitos humanos
Em solo cubano
É por demais forte
Simbolicamente
Para eu não me abalar”
Desrespeitarem
Os direitos humanos
Em solo cubano
É por demais forte
Simbolicamente
Para eu não me abalar”
Es el verso principal de Base de Guantánamo, una de las joyas de Zii & Zie el disco que presentó Caetano Veloso ayer en el muy buen concierto que brindó con la Banda Cê en la CSF.
Después de ese compromiso, se ingresa en un mantra que a fuerza de repetirse nos hace reparar en la presencia de esa terrible base que los Estados Unidos mantienen en suelo cubano, allí donde se torturó a diestra a “terroristas” a los que no se les dio la oportunidad de demostrar inocencia, esa que Obama prometió cerrar y sigue funcionando como si tal.
El coro de Caetano y la Banda Cê consigue con esa bella canción, con las imágenes de La Habana en la pantalla, con una puesta minimal, un momento alto en el importante auditorio acorde a la presencia del gran cantautor brasileño por primera vez entre nosotros en esta urbe de la Gran Asunción.
Consigue hacer pensar profundo.
La reflexión como punto de partida, un camino que ya propuso en sus grandes temas Haiti y Fora da Ordem con los que Base viene a completar una impecable trilogía.
En estos temas vemos al poeta a pecho gentil, el costado bravo de este gigante, el que más conmueve.
Sin embargo Veloso es brillante cuando es clásico, cuando aparece solo en la guitarra criolla para entregar una versión impecable de Recuerdos de Ypacarai de Demetrio Ortiz, por ejemplo. Para tocar samba como su adorado Joao Gilberto, pleno, a nobleza extrema.
Lo fantástico del caso es que es también increíble
cuando es moderno, cuando se para al frente de una banda de rock de las mejores
del continente, con la capacidad de dejarlos hacer a los muchachos y refugiarse
en el ala delta que lo cobija en el escenario. También con clase para domarlos,
bajarlos del amplificador con una simple muestra de cómo quiere ese LA terrible
que toca en el medio de la guitarra con esa sonrisa de cuento.
Es que la Banda Cê: Pedro Sá (guitarra eléctrica),
Marcelo Callado (batería), Ricardo Dias Gomes (bajo y teclados) tiene una
sincro notable, ese buen gusto carioca, seductor, con estilo y ruido de
globalización pero profundamente local.
En Zii & Zie (tíos y tías en italiano) Caetano
aborda un concepto, transambas y transrock, y lo lleva a cabo con una maestría
notable, gracias al ensamble que consiguió a instancias de su hijo Moreno con
estos tres locos geniales.
El viaje que había comenzado en Cê, su anterior disco de 2006, prosigue con rumbo claro en esta nueva placa, banda de sonido de un Brasil de tremendos contrastes que tiene un obrero metalúrgico de presidente, los Sin Tierra en pie de lucha, grandes cinturones de pobreza, crimen organizado de alto nivel y a la vez es una potencia capitalista emergente.
Cuando revisita Irene, un tema del 69, se advierte la idea hecha obra.
Cuando toca Lapa, del último disco, homenaje al barrio carioca, se está ante un viaje en el tiempo.
Tiene generosidad y cariño al homenajear a Roberto Carlos, para vivarlo en el escenario y conseguir que los centenares de brasiguayos presentes en el evento lo ayuden con el coro de Forza Extraña.
Tiene desparpajo para presentar Eu Sou Neguinha, un pieza principal del show, con fantásticos cortes de música y luces, con el Caetano más actor, con la potencia y la fragilidad que nos hace visitar este guía ilustre y sabio.
Este que nos enseña que el rock puede ser eterno como el samba, como un vuelo de Aladelta.
Obrigado.
Pastillas
Pena que el recital no se haya planeado para un publico masivo, el miércoles 9 está tocando en el Estadio Centenario en Montevideo, por esas ideas exclusivistas que predominan en una sociedad sesgada. Con entradas de 35 y 200 dólares la mayoría de sus fans quedaron afuera, otros que fueron a buscar el Caetano de los grandes éxitos quedaron decepcionados y un tercer grupo que lo hizo por pagar la entrada cara enfrío las filas que estaban cerca del escenario.
“Caetano sigue sin tocar en Asunción”, expuso un fan con toda certeza. El Centro de Convenciones está en Luque, puede que sirva para que vuelva, se reflexionaba.
Dialoguito:
- No se si los Franz Ferdinand llegarán a esto… (por la tocata de la Banda Cê)
- Parece que se van a tener que poner las polleritas escocesas…
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