viernes, 6 de septiembre de 2019

2019 - OFERTÓRIO - COLOMBIA











24/8/2019

“No creo en la política dentro del arte”, Caetano Veloso

Por Jaime Andrés Monsalve B.


El cantautor brasileño habló con SEMANA sobre música, cine, política y sociedad. En septiembre la gira que hace con sus hijos lo traerá a Bogotá y a los festivales Medejazz y Barranquijazz.

En esta gira, que con humor llama “una celebración a la reproducción“, Caetano Veloso viene a Colombia con un formato acústico en el que lo acompañan sus hijos Zeca, Moreno y Tom.

Aquel adagio según el cual familia que trabaja unida permanece unida tiene prueba perfecta en el presente del cantautor brasileño Caetano Veloso. Sus tres hijos varones, Moreno, Zeca y Tom, son su único apoyo instrumental en Ofertorio, trabajo discográfico lanzado en 2018 que hoy lo tiene de gira internacional y que viene a presentar en el circuito de jazz colombiano de septiembre. El pionero del Tropicalismo, aquel movimiento artístico y militante que constituyó una resistencia a la dictadura de la década del sesenta en Brasil, hoy tiene 76 años. Aunque en él pervive ese espíritu combativo de antaño, su presente es más familiar. De ello da buena cuenta su actual gira, que ha calificado, no sin humor, como una “celebración a la reproducción”. Veloso e hijos estarán en Barranquilla, en el marco del festival Barranquijazz, el 14 de septiembre. Antes harán lo propio en Bogotá el 12, en el Teatro Colsubsidio, y en Medellín, el 16, en la temporada de Medejazz.

- SEMANA: ¿Esperaba que sus hijos siguieran sus pasos en la música?
- Caetano Veloso: Nunca: Moreno, por ejemplo, estudió física. Es un superdotado de las matemáticas, mientras escribía canciones para grabarlas con sus amigos ayudaba a construir un laboratorio de partículas subatómicas en la Universidad de Río. Él escribió su primera letra a sus 9 años, con música mía (Um canto afoxé para a bloco do Ilê, de 1982) y cuando creció creí que se iba a quedar para siempre en las ciencias exactas. Me hizo feliz verlo regresar a la música.

Veloso e hijos estarán en Barranquilla, 
en el marco del festival Barranquijazz, 
el 14 de septiembre. Antes harán lo 
propio en Bogotá el 12, en el Teatro 
Colsubsidio, y en Medellín, el 16, en la 
temporada de Medejazz.


- SEMANA: ¿Y los otros dos?
- C.V.: Zeca se interesaba por la música electrónica en la adolescencia, pero la dejó y empezó a componer canciones muy emocionales en la guitarra o al piano, canciones que hacen llorar. Tom solo se interesaba por el fútbol y todavía juega muy bien; pero un día armó una banda de rock progresivo con compañeros de la escuela, influenciado por Milton Nascimento. Al irme de gira con ellos encontré una manera de tenerlos cerca. De no haber sido así, estarían con sus parejas y los vería con mucha menor frecuencia.

- SEMANA: ¿Recuerda qué música, la suya incluida, estuvo presente en la infancia de Moreno, Zeca y Tom?
- C.V.: Mucho de Gilberto Gil, mucho Milton Nascimento, Michael Jackson, Beatles, Djavan... También mucha música brasileña de antaño que yo les enseñaba y les cantaba para ponerlos a dormir.

- SEMANA: ¿Cómo se dio la sinergia para trabajar juntos? ¿Se impusieron algún tipo de normas para mantener la armonía?
- C.V.: El show es algo muy peculiar, muy hondo, tiene mucho de la historia cultural de mi región y de nuestros lazos familiares. Hay también una mirada hacia la tradición de la canción brasileña. Todo fue muy natural y espontáneo desde que empezamos a ensayar. Cantamos juntos y, cuando uno de ellos canta, yo también acompaño con mi guitarra.


Foto: Rafael Berezinski

- SEMANA: ¿Cómo se escogió el repertorio de Ofertorio? ¿Qué tanto dista del que hacen hoy en vivo?
- C.V.: Llegamos a la víspera del estreno sin saber si la gente nos entendería, no sabíamos siquiera si había una estructura en esto. Al tiempo notamos que a la gente le encantaba el repertorio, y hoy estamos convencidos de la adecuación estructural del espectáculo. No cambiamos casi nada desde el estreno. Zeca sugirió comenzar con Alegria, alegria, mi canción inaugural del Tropicalismo. Pasado un año, le pedí que hiciéramos Baby, otra canción mía de ese periodo, que me gusta más. De eso a hoy, hemos hecho pocos cambios: Tom sugirió cantar O Seu Amor de Gilberto Gil, yo le pedí a Moreno que cantara Um Passo à Frente, los tres le dijimos a Zeca que era su obligación cantar Todo Homem… Todo transcurrió así, en forma natural.

- SEMANA: ¿Qué representa para usted trabajar en un formato instrumental tan íntimo?
- C.V.: Es un placer muy grande cantar con ellos acompañados tan solo por guitarras acústicas y percusión menor: nuestras voces aparecen más claramente y la tradición de Bahía se ve mejor representada.

"Es impresionante que los habitantes 
de Puerto Rico, sobre todo sus artistas, 
golpeados en su esencial naturaleza libre, 
hayan logrado deponer a un gobernador 
misógino y homófobo".

- SEMANA: En los tiempos que corren, ¿qué tan necesario es para los artistas una posición política explícita en sus creaciones? ¿Debe el músico hacer manifiestas sus simpatías?
- C.V.: No creo en opiniones explícitas dentro de la creación artística, ni como estrategia ni como principio. El arte influye indirectamente y sin que su autor tenga real control de sus potencialidades. Aquí en Brasil el presidente es alguien que dice cosas violentas e inaceptables, incluso opinando sobre las elecciones argentinas, y la mayoría de los artistas están contra él, sobre todo en lo que respecta a la preservación ambiental. Hay, sin embargo, artistas que lo apoyan. Es una situación muy compleja.

- SEMANA: ¿Qué decir de esa situación?
- C.V.: Antes de las elecciones, las ciudades brasileñas se llenaron de mujeres que gritaban “¡Ele não!”, rechazando al candidato reaccionario. Pero él tenía el apoyo de todas las fuerzas nacionales e internacionales, temerosas de un crecimiento de la izquierda. Ayudó además que los gobiernos del Partido de los Trabajadores (PT) estuvieran involucrados en casos de corrupción, en aumento por cuenta de ese arreglo llamado presidencialismo de coalición. Ello empezó a conocerse gracias a las investigaciones del Ministerio Público en la operación llamada Lava Jato (Operación Autolavado).

- SEMANA: ¿Qué le inspira el ejemplo reciente de Puerto Rico?
- C.V.: Es impresionante que los habitantes de Puerto Rico, sobre todo sus artistas, golpeados en su esencial naturaleza libre, hayan logrado deponer a un gobernador misógino y homófobo. En Brasil justamente fueron las frases homofóbicas y misóginas las que ayudaron al actual presidente a elegirse. Igual, es difícil comparar el caso de Puerto Rico, una pequeña isla bajo dominio oficial, aunque no total, de Estados Unidos, con el de Brasil, un país de dimensiones continentales donde una situación parecida sería algo de una escala monstruosa para la estructura del imperialismo.

- SEMANA: ¿Cómo ve en perspectiva el movimiento del Tropicalismo, pasados todos estos años?
- C.V.: El Tropicalismo cambió la perspectiva crítica de la canción popular en Brasil, produjo más consecuencias que influencias. Todo lo que hago y lo que pienso sobre lo que hacen los otros, pasa por mi experiencia tropicalista.

Foto: Bruna Grassi

- SEMANA: ¿Qué músicos nuevos le han llamado la atención? ¿Qué recomienda escuchar?
- C.V.: No quiero recomendar nada, más allá de contar qué ando escuchando. Adoro la música de carnaval de Bahía, una tradición que empieza en 1950 y crece en las décadas de los setenta y ochenta bajo el nombre de axé music. Amo lo que llaman pagodão, un tipo de samba a la vez cercano al samba fundacional nacido en Bahía y al futurismo tecnológico de Kanye West. Ando escuchando mucho a James Blake, de Inglaterra, y a Thiago Amud, carioca. Me gusta la fuerza del reguetón y la presencia de la cumbia en el imaginario global. Y, claro, también artistas argentinos y uruguayos que conozco personalmente.

- SEMANA: Buena parte del público no especializado conoció su obra gracias a ‘Fina estampa‘. ¿Qué tan estrecha sigue siendo su relación con los repertorios hispanoamericanos?
- C.V.: Con los que escuché en mi niñez y juventud, la misma: una relación de amor, pasión e intimidad. Crecí oyendo tangos, rumbas, boleros, fados y guaranias, además de canciones italianas, de manera paralela con lo que llegaba desde Estados Unidos.

"Adoro la música de carnaval de Bahía, 
una tradición que empieza en 1950 y 
crece en las décadas de los setenta y 
ochenta bajo el nombre de axé music. 
Amo lo que llaman pagodão".

- SEMANA: ¿Y al cine qué le debe?
- C.V.: Lo mismo que a la música: vi Fellini, De Sica, Bergman, René Clair, Buñuel; después Godard, Truffaut, además de todas las cintas de Pelmex (Películas Mexicanas) en mi ciudad natal, en el cine, con toda la gente del barrio. Había muchas películas de Hollywood, pero se sumaban a las italianas, las francesas, las mexicanas y las brasileñas. No era como hoy, que solo encuentras grandes producciones norteamericanas en los mejores horarios y en las salas más grandes. Todo lo demás está en pequeños cineclubes y se proyecta a horas tempranas de la tarde. La gente en general no sabe que hay películas habladas en otras lenguas distintas al inglés.

- SEMANA: ¿Qué significa para usted llegar a territorios nunca antes visitados, en este caso Barranquilla?
- C.V.: Me interesan mucho los sitios nuevos y desconocidos, y en eso coincido con Zeca y Moreno. Tom es el único a quien no le molestaría quedarse por siempre en Río, así haya nacido en Bahía. Lo convenceré diciéndole que vamos a la tierra de Shakira.





Caetano Veloso: ‘El nuestro no es un ‘show’ de virtuosos’
El artista brasileño se presentará con sus tres hijos en Barranquilla, Bogotá y Medellín.


De izq. a der., Zeca, Caetano, Moreno y Tom Veloso, durante un concierto en junio pasado en Berlín (Alemania). - Foto: Stock Photo


Por: Juan Martín Fierro
28 de agosto 2019

Las canciones de Ofertório (del latín offertorium, acción de ofrecer) han sido cuidadosamente escogidas para que ese mensaje llegue a la gente por encima de cualquier barrera idiomática. Ahí están las composiciones del propio Caetano (Alegria, Alegria, O leãozinho, Trem das cores), pero también hay canciones compuestas para su hermana Maria Bethânia (Reconvexo), a sus padres y a sus hijos (Genipapo absoluto, Boas vindas y Um Tom). Estos últimos también aportan composiciones y emociones propias (Todo homem, How beautiful could a being be, Clarão, Um passo à frente, entre otras). Más que un encuentro familiar o un concierto a secas, Ofertório es un diálogo, una atmósfera y una experiencia de conmovedora intimidad.

Poco antes de llegar a Colombia, Caetano Veloso aceptó esta entrevista para develar los orígenes de Ofertório y contar anécdotas sobre sus canciones y su carrera.

- ¿Cómo ha sido la experiencia de convivir con sus hijos desde 2017 en esta gira?
- Para mí es una felicidad poder estar con mis hijos más tiempo del que habitualmente comparten los hijos adultos y sus padres. Yo los adoro y el show sirve también para mantenerlos junto a mí, al menos en el escenario. El hecho es que los compromisos profesionales facilitan el distanciamiento. Ahora nos vemos más en pasajes de sonido y aeropuertos que en nuestras casas.

- ¿Cuál ha sido la parte más difícil de este tiempo juntos?
- No vi que surgieran dificultades entre los cuatro, ni en los ensayos ni en las temporadas. Apenas observo que, al contrario de Zeca, Tom detesta salir de Río.

Aeropuertos, aviones, trenes y hoteles lo aburren e irritan. Los tres, Moreno, Zeca y yo, nos reímos. Moreno y yo ya estamos acostumbrados. Él trabaja con música hace más de veinte años y yo hace más de cincuenta. Aunque yo personalmente deteste los aeropuertos y encuentre los vuelos largos muy desgastantes, adoro estar en ciudades diferentes, ver parques, museos, oír lenguas y contemplar la arquitectura. Moreno también. Zeca, que es el único que debuta en este show, tiene vocación para los viajes y está muy interesado en descubrimientos culturales en ciudades extranjeras. Tom solo parece estar muy a gusto cuando sale al escenario. Bueno, él reclama, pero disfrutó ver el David de Michelangelo y contemplar el Etna por detrás del teatro griego en Taormina.


“El nuestro no es un show de virtuosos. 
Es un show particularmente familiar y 
modesto en la instrumentación.”


- ¿Cómo ha sido la reacción del público fuera de Brasil frente a ‘Ofertório’?
- Para mí fue una sorpresa la aprobación del público a nuestro show desde el estreno en Rio. Nuestro plan era hacernos a un teatro pequeño allí y a otro en São Paulo, con el deseo de ir también a Bahía, que es de donde viene todo y donde Moreno y Tom nacieron. Pero en pocos meses ya estábamos teniendo que enfrentar auditorios gigantescos, siempre repletos y con personas de todo tipo reaccionando con entusiasmo. Al salir de Brasil, pensé que eso no podría ocurrir en los escenarios que no estuvieran mayoritariamente compuestos por emigrantes brasileños. Pero lo que vimos fue la aprobación apasionada de vieneses y florentinos, de artistas ingleses y productores estadounidenses, de jóvenes mexicanos y señoras portuguesas. El nuestro no es un show de virtuosos. Es un show particularmente familiar y modesto en la instrumentación. Pero creo que en todas partes, las personas se ven delante de algo muy sincero y profundo, algo que representa lo que hay de peculiar en el mundo de la canción popular en Brasil.

- Antes de lanzar su último álbum, ‘Ok Ok Ok’, Gilberto Gil dijo: ‘Este es el primer álbum de mi vejez’. ¿Cómo ha sido su propia experiencia de envejecer?
- Vivo la vejez con curiosidad. Reconozco las incomodidades y las limitaciones, pero no creo que ser joven signifique necesariamente ser más feliz. Hay una alegría en la juventud, la alegría física de la intensidad del sexo y de la impresión de una grande, muy grande distancia con respecto a la muerte. Pero alguien puede ser muy infeliz a los 25 y mucho más feliz a los 80. Cuando escribí O homem velho yo todavía no sentía las diferencias del envejecimiento. Apenas percibía que me estaba aproximando. Y mi padre ya había muerto, a los 82. Ahora, frente a las invitaciones para irnos a China, Japón y Oceanía, coincido con Tom en la tendencia de no aceptar a causa de la vejez. Los vuelos largos son terribles para un organismo senil. Muchos días son necesarios para que uno se recupere. Aun así, todavía estoy en duda en cuanto al viaje a Asia.

- ¿Usted cree que el significado de la amistad cambia con los años?
- Soy del tipo que conserva amistades antiguas. Tengo amigos que fueron compañeros de escuela primaria, gente que conozco y de la que soy cercano desde los siete años. También tengo amigos de cuando tenía 17 o 18. Entre mis colegas, cultivo amistades duraderas. Tal vez no podamos vernos con tanta frecuencia como antes. Hay fases.

Pero las amistades que hice en el período del exilio, como Jorge Mautner y Antônio Cícero, aún se mantienen. Y hago amistades nuevas, sobre todo en Bahía. Después, cuando lancé Cê, encontré un grupo de jóvenes en Salvador y sigo conectado con ellos.

El uso del tiempo debe tornarse más regulado con la edad. Pero incluso así, yo todavía no consigo aislarme más. El significado de la amistad es más longevo para mí que su practicidad.

- ¿Cómo recuerda a sus padres?
- En general, con mucho amor. Y a veces con mucha admiración. Mis padres nacieron al comenzar el siglo veinte: él, en 1901, y ella, en 1907, en una ciudad del interior de Bahía, donde crecieron, se casaron y nos criaron. Allá mismo están enterrados. Nunca pelearon y nunca se separaron. Toda la formación individual de los hijos estuvo acompañada por un respeto increíble y por la ausencia de prejuicios tacaños. Mi padre daba la pauta. La casa estaba llena de hermanas y sobrinas suyas, todas en una edad cercana a la de mi madre. Crecimos en una casa grande de Correos y Telégrafos, mi padre era agente postal-telegráfico, en medio de esa multitud de mujeres que nos mimaban. Nunca vimos una pelea entre mi madre y esas primas y tías. Y somos, cada uno de nosotros, personalidades destacadas en distintos medios.

“El significado de la amistad es más longevo 
para mí que su practicidad”

El público me conoce a mí y a Maria Bethânia. Pero quien conoce a Mabel, profesora inolvidable para generaciones de santo-amarenses y soteropolitanos, hoy autora de libros de poesía; a Rodrigo, un mecenas de sus hermanos menores que nos dio a mí, a Bethânia y a Irene todo lo que necesitábamos para desenvolvernos personal e intelectualmente, además de revelarse como el mejor lector de mi libro Verdade tropical; a Roberto, un éxito entre las generaciones que trabajaron con turismo en Salvador y después en São Paulo; a Irene, la sorpresa que entró a nuestras vidas cuando yo ya era preadolescente y nos enseñó a reírnos alto; y a Clara, un ama de casa que entendió y acogió lo que pasaba con sus hermanos más jóvenes tratando todo con inmensa sabiduría, sabe que solo de Seo Zezinho y Dona Canô podía salir un elenco tan variado y cohesionado. Mi padre era mulato y mi madre parecía indiana. En todo, ellos me hicieron sentir que había nacido en la médula de lo que es ser brasileño.

- ‘Genipapo absoluto’ es una joya escondida en su discografía y también una canción íntimamente ligada a sus padres. ¿Cómo surgió?
- Todo nació de un recuerdo que siempre vuelve a mi mente, la escena de verme ayudando a mi padre a exprimir jenipapo en una prensa manual con la que hacía licor para las fiestas. Yo me sentía muy orgulloso de estar ahí con él, ayudándolo en aquel trabajo tan masculino de torcer la prensa. Quise retratar eso. Recuerdo que, en mitad de la canción, cuya melodía ya estaba lista a partir del comienzo de la letra y de la intención de citar palabras y notas de canciones que mi madre cantaba, como si la letra dejara huecos por el camino, me acordé de Proust y del libro de Deleuse sobre Proust que había acabado de leer, y de ahí surgió el coro: “Cantar es más que recordar / más que haber tenido aquello entonces / más que vivir y que soñar / es tener el corazón de aquello”. Siento placer y orgullo de cantarla en el show, después de que Zeca hace su conmovedor Todo Homem.

- ¿Qué anécdota recuerda sobre su admiración y su amistad con João Gilberto, quien falleció recientemente?
- João Gilberto fue todo para mí. Cuando lo escuché por primera vez tenía entre 16 y 17 años y quedé fascinado. Mi hermano Rodrigo me compraba sus elepés y a medida que lo escuchaba fui comprendiendo que allí había una percepción de lo que era la canción popular que me daba un norte estético. Él fue la figura central de mi formación. Yo ni pensaba dedicarme a la música. Pensaba en pintar, escribir, hacer películas. Cuando lo conocí personalmente, toda esa magia se amplificó. Las historias son muchas e increíbles. Recientemente pasé cerca de una década sin verlo. Poco tiempo antes de su muerte, me llamaron él y su hija Bebel para ir hasta el aparta-hotel donde se encontraba. Me quedé conversando con él hasta la madrugada. La cosa más increíble es que Zeca fue conmigo y con Paulinha (esposa de Caetano), de modo que en junio pasado, el día del cumpleaños de João, Zeca fue invitado a verlo y estuvo de nuevo allá. Es increíble ver cómo Zeca entró en contacto directo con João al final de su vida. Yo “produje” su último álbum de estudio. Él me llamó para eso, pero no obedecía en nada lo que le sugería. Una noche le pidió al técnico Moog Canasio que apagara la grabación y que dejara la reproducción de su voz con volumen. Moog, muy leal, obedeció. João declamó un poema de Carlos Drummond de Andrade sobre Mário de Andrade. En fin. Yo tendría que escribir un libro extenso sobre João Gilberto.

- Desde ‘Abraçaço’, en 2013, no ha lanzado un álbum inédito. ¿Hay alguno en camino?
- Para nuestro show hice apenas un funk con Zeca, quien tuvo a cargo la programación, para que Tom lo bailara. Fuera de eso, hice un samba a petición de Bethânia para que ella y Zeca Pagodinho lo cantaran en un show que hicieron juntos, y compuse una canción para Céu, esa cantora paulistana que me gusta tanto. Céu acaba de grabarla y me la mandó para escucharla. Se llama Pardo. Haciendo el show con mis hijos, no pensaba para nada en hacer un nuevo disco. Pero, ahora, desde hace un tiempo, lo estoy considerando. Hay muchos caminos. Siendo viejo, creo que debo ser capaz de escoger uno.

- ¿Qué es lo que más le preocupa hoy sobre la situación política y social en Brasil?
- El riesgo de que perdamos el amor y el entendimiento de la democracia.



¿Dónde y cuándo?
Caetano Veloso se presentará en el teatro Colsubsidio de Bogotá, el 12 de septiembre. El 14 estará en Barranquijazz, en el Country Club de Barranquilla; y el 16, en Medejazz, en el Teatro Metropolitano de Medellín.

JUAN MARTÍN FIERRO
Especial para EL TIEMPO





Caetano Veloso, un regalo de la vida

Estará en Bogotá, Medellín y Barranquilla en el mes del jazz en Colombia.



El músico Caetano Veloso es uno de los más reconocidos de América Latina. Es el autor de canciones como ‘Baby’, ‘Coração vagabundo’ y ‘Festa imodesta, entre otros temas  Foto: @Jrfotografart

Por: Olga Lucía Martínez Ante

06 de septiembre 2019

Santo Amaro de Purificação es la tierra que vio nacer a Caetano Veloso el 7 de agosto de 1942. Está en el estado de Bahía, en el centrooccidente de Brasil. Ir es fácil. Veloso nos lleva con su palabra para sentir cómo fue su vida allá, en un lugar donde “todos nos mezclábamos”, dice.

“En mi niñez me gustaba caminar por la orilla del río Subaé o ir en bicicleta por allí. Nuestra casa no quedaba frente al río, sino a dos calles hacia adentro. A mí me gustaba vivir allí. Estudié siempre en escuelas públicas. La gente era en su mayoría negra o mulata clara, como mi familia. Mi padre, un funcionario de los Correos y Telégrafos, era nítidamente mulato, y mi madre parecía una mujer de Cachemira, una indiana”, cuenta el músico en una entrevista con EL TIEMPO poco antes de viajar a Colombia, donde se presentará en el teatro Colsubsidio de Bogotá (12 de septiembre), así como en los festivales de jazz de Medellín y Barranquilla.

“Mis padres nunca peleaban. Almuerzos y cenas eran con toda la familia, siempre, y teníamos que ir a la misa los domingos. En las fiestas de febrero, para Nuestra Señora de la Purificación, dábamos vueltas a la enorme plaza en grupos de amigos o familiares, siempre en una mezcla de negros, mulatos y algunos blancos. La distribución de las personas en la iglesia no seguía ningún criterio racial, así que crecí en un mundo mezclado, donde las historias de racismo que veíamos en las películas americanas parecían monstruosas”, cuenta.


Agrega: “(aún hoy) si vas a una fiesta de la Purificación en Santo Amaro, verás escenas como las que describo. Haber crecido ahí me hizo resistente a reconocer la lucha contra el racismo estructural brasileño. Tardé en reconocer cosas como la importancia de las cuotas para universidades, por ejemplo”, dice.


“Veloso nos lleva con su palabra para sentir 
cómo fue su vida allá, en un lugar donde 
'todos nos mezclábamos', dice”


Son las palabras de un hombre que ha sido transgresor en la música y cuyas canciones emanan libertad. Es la historia de un nacimiento libre, sin racismo casi hasta los 18 años, cuando dejó su ciudad.

Esto lleva a entender no solo el género del tropicalismo, del que fue uno de sus creadores, a finales de los años 60, sino toda su fusión que incluye bossa-nova, rock, psicodelia, música tradicional de Bahía y fado portugués.

Sin embargo, para Veloso, “nuestros esfuerzos fueron más en el sentido de quebrar paradigmas críticos que en crear un sonido nuevo definido. Claro, hacíamos materialmente obras sonoras. Hay cosas, como la grabación de Baby por Gal Costa con arreglo de Rogério Duprat, que tienen valor musical intrínseco, valor que cuenta con su fuerza transformadora del espíritu crítico de la época, pero que es antes belleza sonora en sí misma. La sola guitarra de Gilberto Gil es una realidad de esa magnitud. Cuando la toca, está allí todo lo que ha dicho la bossa nova, que se suma al pasado rítmico de nuestra historia y el amor crítico por lo que él oía en el rhythm&blues y el nuevo rock”.

Pero piensa que, aun así, el tropicalismo no unió a su país. “Cuando explotó, en 1967, causó polémica y alejó a viejos amigos. El público estudiantil y con más tendencias de izquierda desaprobaba nuestro interés por el rock y la identificación con la contracultura. Incluso, hubo una manifestación en la calle contra la guitarra eléctrica. Pero con el tiempo, las canciones –algunas– ganaron el interés del público menos pretencioso y el apoyo de poetas, escritores y artistas experimentales”.


“Son las palabras de un hombre
 que ha sido transgresor en la música 
y cuyas canciones emanan libertad. 
Es la historia de un nacimiento libre, 
sin racismo casi hasta los 18 años, 
cuando dejó su ciudad”



Su primer disco, editado en 1968, se llama 'Domingo' y en su prolífica carrera hay muchos trabajos, varios de ellos con João Gilberto, Gilberto Gil y María Bethânia.

Ahora viene a Colombia con sus tres hijos: Moreno, Zeca y Tom. “Aunque cada uno es uno, tenemos nuestro timbre familiar. Los adoro y me encantan con sus diferencias. Me parece que son mejores personas que yo y que puedan estar cantando conmigo por el mundo es una gloria personal”, manifiesta.


Libre a sus 77 años, Caetano Veloso sabe cuáles son sus primeros recuerdos de oír música: “Mi prima Lindaura cantando 'Último desejo'; mi madre cantando 'Mané fogueteiro' y en la radio la voz de Vicente Celestino con 'Coração materno'. De lo que duda es de la edad: “Yo debía tener entre 5 y 7 años”.



14/9/2019 - Barranquilla


16/9/2019 - Medellín





Famosos tercermundistas


En un mundo justo, habría otro latinoamericano en el grupo: el brasileño Caetano Veloso.

Por: Thierry Ways

11 de septiembre 2019

Hace ya algunos años que, por una razón que explicaré abajo, me hice la siguiente pregunta: ¿cuántos cantantes oriundos de lo que se solía llamar ‘el tercer mundo’ han sido estrellas globales? Me refiero a ser famoso famoso: conocido no solo en su país o su espacio lingüístico, sino en todo el planeta, de Canadá a Kioto y del Congo a Kiev. El nivel de reconocimiento usualmente reservado para artistas anglosajones y de unos cuantos países europeos. La fama, digamos, de Michael Jackson o Beyoncé.

El listado de músicos con más discos vendidos nos aproxima a la respuesta, y confirma que la ensordecedora mayoría provienen de países anglófonos y, salvo tres excepciones, ricos. Tres excepciones que responden mi pregunta.

La primera aparece en los años 70, se trata del jamaiquino Bob Marley. La segunda es más reciente: la barbadense Rihanna. Ambos, sin embargo, provienen de países que hacen parte de la Mancomunidad de Naciones encabezada por la corona británica, así que no sé qué tan exacto sea decir que alguna vez fueron del tercer mundo o que son, como se dice ahora, del ‘Sur global’. Me quedan mis dudas.

La tercera excepción, en cambio, es indudablemente hija de una economía emergente. Y es la razón de mi interés por el exclusivísimo club de los realmente famosos oriundos del otrora llamado tercer mundo. Pues se trata de una colombiana: mi coterránea Shakira. Y son colombianos también dos posibles miembros futuros del club: los antioqueños J Balvin y Maluma.


“La trayectoria de Caetano Veloso es 
difícil de clasificar. 
El calificativo más frecuente
para describir esa obra es ‘sofisticada’. 
Yo diría que se trata de una obra
eminentemente antiparroquial.” 


En un mundo justo, habría otro latinoamericano en el grupo de los titanes de la era fonográfica: el brasileño Caetano Veloso. Pero, mientras que los tres que mencioné cantan en inglés, Veloso canta principalmente en portugués, lo cual ha impedido que se lo sitúe internacionalmente, como se lo merece, al lado de nombres como Bob Dylan o John Lennon.

La trayectoria de Veloso es difícil de clasificar. Ha grabado música protesta, baladas románticas, rock psicodélico, composiciones dodecafónicas, temas de telenovela, rap portugués, covers de Dylan y Hendrix, poemas cantados, sambas, bossa novas y canciones de carnaval. Ha sido un compositor involuntario de himnos; varias de sus canciones se volvieron himnos no oficiales de una cosa u otra: de la región de Bahía (Reconvexo), del Movimiento Tropicalista (Tropicália), de la década del 60 en Brasil (Alegria, Alegria) y de la ciudad de São Paulo (Sampa). Sería mucho exigirles a las elementales casillas de los géneros del pop que acomodasen una obra tan heterogénea.

El calificativo más frecuente para describir esa obra es ‘sofisticada’, pero yo usaría otro: alguno que signifique lo opuesto de ‘parroquial’. A falta de una mejor palabra, me valdré de un prefijo: se trata de una obra eminentemente antiparroquial. Esa cualidad no consiste, como ocurre con tantos artistas de éxito colombianos y latinoamericanos, en la imitación de formas extranjeras –que no es más que una de las manifestaciones de lo parroquial–, sino en la creación de un estilo y lenguaje propios, arraigados en lo local, pero con una vocación ecléctica y cosmopolita. Pinta bien tu aldea y serás universal, decía Tolstói.

Y perdónenme si a todo le meto política, pero me parece que el antiparroquialismo es la actitud apropiada para hacerles frente a varios de los males que nos agobian hoy en día, como el feo nacionalismo que rebrota en varias partes del mundo, o la estulticia de las campañas para nuestras elecciones de octubre, repletas de lugares comunes y rencillas aldeanas.

Caetano Veloso estará en Bogotá, Medellín y el festival Barranquijazz de la Arenosa en los próximos días. Ojalá tengan la oportunidad de escucharlo. Es una inyección de antiparroquialismo justo cuando más la necesitamos.


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