1998
Revista EL PAIS semanal
Número nº 1.135
Domingo 28 de junio de 1998
España
España
Foto: Thorsten Roth
|
EL PAÍS
'Mi mayor enemigo es el buen gusto'
Sábado,
22 de junio de 2002
Madrid
El músico Caetano Veloso. Bernardo Pérez |
En Venezuela robaron todo el equipo de su grupo
-por fortuna, se salvó su guitarra-, lo cual no le va a impedir cantar en
España. Caetano Veloso cumple 60 años el 6 de agosto y en el mercado coinciden
dos discos, Lo mejor de..., que recoge 36 de sus éxitos, y Noites do Norte ao vivo, grabación del espectáculo que
presenta hoy en Las Palmas (Auditorio Alfredo Kraus), el lunes 24 en Granada
(Palacio de Congresos), el miércoles 26 en Barcelona (L'Auditori) y los días 28
y 29 en Madrid (Conde Duque).
Pregunta. Ha llegado a Madrid el día de la huelga
general.
Respuesta. Sentí cierta
tensión dentro de mí al ver, manifestadas en la calle, exigencias de
poblaciones europeas en relación a derechos públicos adquiridos, que son una tradición
en Europa y no lo son de la cultura social norteamericana. Y de cómo la
tendencia mundial post Margaret Thatcher ha sido elegir el modelo
norteamericano.
'Toda la cultura de masas del siglo XX,
menos el
deporte, es norteamericana'
P. Blair y Aznar pretenden castigar a los países origen de la inmigración ilegal que no
colaboren en la lucha contra ésta...
R. ¿Lo dicen
explícitamente? Suena inaceptable. Si penalizas a sociedades que exportan
emigrantes y empeora la situación económica y social, lo que vas a conseguir es
incentivar que más personas quieran salir de allí. Y, aunque no fuese así, me
parece algo brutal.
P. La globalización estaría empobreciendo aún
más a las poblaciones pobres de los países más pobres.
R. La globalización
está siendo la del capital especulativo, pero no la del trabajo. Vivimos bajo
la hegemonía de Estados Unidos, una hiperpotencia como nunca hubo en la
historia. Tiene la misma posición del imperio romano con la tecnología del
siglo XXI.
P. El 11 de septiembre le pilló en Estados
Unidos...
R. Estaba en Nueva
York el día 10 y esa misma noche viajé a Los Ángeles. Estuvimos una semana
bloqueados. Primero, me impresionó una obviedad: cómo se parecía a escenas de
películas como Mars attacks o Independence Day. En Spider
Man
ves de nuevo imágenes que sientes son de la fantasía americana, mundial, tal
vez en relación a Estados Unidos, que el propio cine americano precisa saciar.
P. Su salida de Los Ángeles se le ha quedado
grabada.
R. Fue una
experiencia deslumbrante. Tomamos un avión en Tijuana para Ciudad de México.
Llegamos el día de la independencia nacional. Aquella gente humilde que
festejaba en la calle parecía a décadas de distancia de las Torres Gemelas.
Fuimos a las pirámides de Tehotihuacán. Una civilización que fue destruida, y
entre los descendientes de aquellos indios que un día las cubrieron de oro y
púrpura. Pensaba en las Torres Gemelas y recordé un fragmento de mi libro
Verdade tropical, que dice que lo que me emociona de los rascacielos de Nueva
York es que parecen elevar las obras humanas a una dimensión mítica, atemporal,
porque cuando ves aquellos edificios estás experimentando su grandeza y la
fuerza de su leyenda. Como si ya hubiesen sido destruidos hace siglos...
P. En la lujosa suite del hotel descubre que no puede ver el partido que
enfrenta a Brasil e Inglaterra porque no disponen del canal de pago que lo
emite.
R. Antes era más de
todo el mundo. Un Mundial de fútbol es uno de los momentos de mayor comunión de
las poblaciones de prácticamente todos los países, con excepción de Estados
Unidos. Toda la cultura de masas del siglo XX es norteamericana menos el
deporte, porque el fútbol dominó el resto del mundo. Estoy contra ciertas
privatizaciones y de ésta en particular abomino. Creo que es una de las pruebas
de que, como estaba escrito hoy en una pared, por causa de la huelga, Dios no
existe. [Se ríe].
P. Su hijo de cinco años, Tom, que así se
llama en homenaje a Antonio Carlos (Tom) Jobim, no parece seguir sus pasos...
R. Sólo le interesa
el fútbol. Si le quiero cantar una canción, me dice: 'Papá, ¿dura mucho?'. Y
pone el himno del Flamengo.
P. Noites do Norte ao vivo tiene como eje central la esclavitud.
R. El esbozo de una
solución para la cuestión racial en Brasil me interesó siempre mucho. La lucha
por la abolición de la esclavitud es muy estimulante. Cuando lees a autores
como Joaquim Nabuco, es la izquierda que nos gustaría ser. Hacia la que miras y
no dudas de la nobleza de sus propósitos ni de la excelencia de los logros. Y es
un ejemplo de que haber tenido el valor de pensar en contra y mantener la
convicción era lo correcto, y debía llevar a resultados muy buenos, aunque muy
alejados de los sueños de los mejores abolicionistas.
P. La crítica de un diario catalán habla de empacho de
buen gusto refiriéndose a Noites do Norte... ¿Sabe
lo que decía Picasso sobre que el buen gusto es el peor enemigo del arte?
R. Mi mayor enemigo
siempre fue el buen gusto. Es contra lo que siempre luché desde el
Tropicalismo. En Brasil, el disco fue criticado por ser condescendiente con la
música percusiva de Bahía. Todo aquello que creció con el carnaval de Bahía es
odiado por el supuesto buen gusto de los críticos brasileños. Un crítico
escribió incluso que el chelo de Jaques Morelenbaum no es sólo hortera, sino
asesino. Así que no tengo miedo de lo que dijo Picasso. [Se ríe].
P. ¿Percibe que en España sólo despierta opiniones
favorables?
R. Es un lujo ser una
unanimidad nacional en tierra de otros. [Se ríe].
P. He leído que está terminando un disco con Jorge
Mautner. Supongo que es de extremado buen gusto...
R. Un empacho de buen
gusto. [Se desternilla]. Se nos ve a los dos en la portada y se titula No pido disculpas.
EL PAÍS
Há três décadas, o embaixador da música brasileira na Espanha
Programa é biscoito fino em rádio
de Madri. O melhor é que se pode ouvir por aqui
Flávia Marreiro
19/2/2015
Abril 2014, Carlos Galilea entrevista Caetano, em Lisboa. Foto: Andrea Franco |
Eram
os idos de 1980, uma época sem internet, YouTube e Spotify, e ao radialista e crítico de música Carlos Galilea só restava apelar
a amizades feitas na loja da Varig no centro de Madri para saber sobre a cena
musical brasileira. Nos recortes de O Globo e do Jornal do Brasil, amassados pela viagem transatlântica, ele
se inteirava sobre os lançamentos, que depois encomendava a contatos em Paris e
Lisboa.
Era
assim que, nos primeiros anos, Galilea alimentava Cuando los elefantes sueñan con la música,
seu programa de música brasileira da Radio 3 em Madri. Quase três décadas
depois, o espanhol segue na rádio pública espanhola, de segunda a sexta,
levando ao ar clássicos brasileiros, novidades como o baiano Russo Passapusso, joias do jazz e música cubana, com direito a
revelações exclusivas, como uma inédita gravação de um show de João Gilberto em
Madri em 1985 (*).
“Eu gostava de
jazz, e tinha chegado à bossa nova pelo jazz”, começa Galilea, ao telefone desde
a capital espanhola. “Mas foi Vera Cruz, do Milton, que mudou tudo”, diz ele, sobre a música gravada em 1968.
Ele
tinha lido um pequeno texto sobre Milton Nascimento no Le Monde e o jornal francês chamava o mineiro de “indispensável”.
Galilea, agora, concorda. Ele incluiu Clube da
Esquina (1972) na lista de “Dez discos imprescindíveis da música
brasileira”, que ele fez a pedido do EL PAÍS, não sem sofrer pelas exclusões forçadas
pelo exercício.
Este
jornal, aliás, é parte da história do programa, conta Galilea. Ele começou como
crítico de música do EL PAÍS no mesmo ano em que estreou o programa: 1987. Pelo
jornal, entrevistou dezenas de artistas brasileiros. “Entrevistei Tom Jobim em Ipanema”, lembra. Com Caetano Veloso, falou mais recentemente em Lisboa, no meio da turnê
europeia de Abraçaço, em 2014.
“Como pode ser que
um país tenha uma música tão rica? Sou feliz de fazer o programa. Meu prêmio é
falar com os músicos, que Caetano me trate com carinho”, diz Galilea, que,
por causa do programa, ganhou do governo brasileiro a Ordem do Rio Branco.
“Escreveu Fernando
Trueba que Fina Estampa foi uma resposta a
uma longa espera, que Lara e Gardel, Lecuona e Piazzolla soaram novos de novo.
Porque Caetano, o ator, é o melhor contador de canções. Na verdade, eu nunca
entendí Help até ouvir Caetano
cantar”,
citou, sussurrado e cadente, o locutor antes de apresentar Caetano
cantando Help em 9 de fevereiro.
Guardadas
as proporções, o mesmo se pode dizer do próprio Galilea, que escreveu com
Trueba um livro sobre música brasileira e ainda, como único autor, outras duas obras sobre o mesmo tema. No programa, não raro o crítico
traduz (ou declama) as letras das músicas do português vertidas para o castelhano,
e elas soam novas de novo. “Traduzo para
que as pessoas entendam as letras. Os espanhóis entendem menos o português do
que vice-versa, e não é por má vontade.”
Sobre
o nome da atração ele não gosta de se alongar. “Não queria que fosse um título óbvio. São reticências. O que vai
acontecer? Eu gosto dessa proposta aberta, de evocar a imaginação dos
ouvintes.”
Galilea
não soa nostálgico sobre a época dos recortes de jornal como fonte de
informação. Na verdade, ele está encantado com as possibilidades que a Internet
abriu para o rádio, com os podcasts disponíveis para download e aplicativos para
escutar estações ao vivo de qualquer parte. Coleciona relatos dos ouvintes
casuais (ou não) espalhados pelo mundo: um que escreveu enquanto pedalava no
deserto da Mongólia, uma brasileira em apuros em Madri.
“Era uma mulher do
Nordeste, que me escreveu dizendo que tinha conhecido o programa quando estava
em Madri, internada num hospital, sem enxergar. Na escuridão, o contato dela
com o mundo era o som, o programa. Essa emoção me acompanha", conta. "O rádio é isso, é uma experiência
íntima. É como um irmão mais velho, um amigo, que diz: ‘Escuta isso'.”
(*)
O concerto do dia seguinte
Em
19 de julho de 1985, João Gilberto tinha 54 anos e fez show em um festival de
verão em Madri, após inusitada troca: ele se apresentou no lugar de Tom Jobim,
o dono original da data.
Assim,
um dia depois do histórico show no festival no Festival de Montreux, que
viraria disco, o cantor voltou ao palco e o resultado foi registrado pela Rádio
3.
Carlos
Galillea levou a gravação ao ar em duas edições de Cuandos los elefantes... em
2010. Anos depois, os programas causaram um frisson entre os joãogilbertianos
no Brasil.
Os
adoradores comparavam performances, a técnica. Especularam sobre uma possível
gripe de João Gilberto, que tossiu algumas vezes entre uma música e outra.
Comemoraram
o registro de "Você já foi à Bahia?", de Dorival Caymmi, até então
inédita na discografia. “A ironia é que
eu fui ao concerto de Montreux, mas não ao de Madri”, conta Galilea.
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