sábado, 4 de julio de 2015

2015 - DOS AMIGOS, UN SIGLO DE MÚSICA [17]


CAETANO VELOSO / GILBERTO GIL

9 y 10 de septiembre de 2015

Luna Park - Buenos Aires























Luna Park - 9/9/2015


Luna Park - 9/9/2015

Luna Park - 9/9/2015

Luna Park - 9/9/2015

9/9/2015                                              Foto: Henrique Moa


9/9/2015                  Foto: Henrique Moa

10/9/2015               Foto: Henrique Moa

Foto: Henrique Moa




Foto: Flora Gil


LA NACIÓN 
Espectáculos

Jueves, 10 de septiembre de 2015
Caetano Veloso y Gilberto Gil: explosión de tropicalismo 
Por Gabriel Plaza | LA NACION 

Los fundadores del movimiento que cambió la música de Brasil se reúnen en el Luna Park para celebrar medio siglo de amistad artística

Gilberto Gil y Caetano Veloso: El tropicalismo fue un movimiento anti bossa nova hecho por admiradores y amantes de la bossa, dicen. Foto: Rodrigo Néspolo

El hombre llamado Caetano Veloso que compuso en 1968 la canción monumental "Tropicália", que marcó la génesis del movimiento tropicalista, está contemplando una pintura de Caravaggio que hay en la habitación con la serenidad y agudeza de un crítico de arte. Es el mismo hombre, performer y artista audaz que se puso un revólver en la cabeza mientras cantaba una canción y fue a prisión durante tres meses antes de exiliarse en Londres. Es el mismo artista que fue la voz musical del Cinema Novo de Glauber Rocha, de los manifiestos antropofágicos de Oswald de Andrade y del arte visual de Helio Oticia. Es incluso el que hace unos años se reinventó en el rock crudo y vanguardista de la Banda Cê.

Su compañero Gilberto Gil entra en escena. Tiene la delicadeza de un príncipe y la energía de un guerrero africano. Ya no porta la barba y ese vestuario psicodélico que sedujo a la generación de fines de los sesenta que lo comparaba con un Jimi Hendrix bahiano, hijo del sonido moderno de Jorge Ben, del beat nordestino de Luiz Gonzaga y de la psicodelia beatle de Sgt. Pepper's. Pero conserva esa visión profética que lo impulsó a crear a fines de los años sesenta himnos como "Domingo no parque", que anunciaron el movimiento tropicalista que cambiaría la música de Brasil del siglo XX.

Pasó cerca de medio siglo, desde que los dos creadores -junto a poetas, escritores, músicos- colaboraron, grabaron canciones y fundaron el movimiento tropicalista, a partir de la edición del álbum colectivo Tropicália ou Paninis et circensis, en el que participaban Os Mutantes, Rogerio Duprat, Nara Leao, Torquato Netto,Tom Zé y Gal Costa, y que rompió los canones musicales de su tiempo, incorporando sonidos psicodélicos, samba, rock , música y poesía concreta, íconografía pop y las imágenes surrealistas de películas como Terra en trance de Glauber Rocha. Pasó más de medio siglo desde que Gilberto Gil fue considerado el nuevo profeta de la música brasileña y Caetano Veloso, su discípulo directo. Ahora, los dos amigos tienen 72 años. Después de compartir el proyecto Tropicalia 2 (1993) y celebrar los 25 años del Tropicalismo no se volvieron a juntar en un escenario. "Para mí es la posibilidad de acercame a Caetano, que es algo que siento en falta. Lo necesito, por ser él quien es y por todo lo que significa para mí", confiesa Gil, que no oculta su admiración por su hermano musical.

Al aspecto afectivo del encuentro, Caetano le suma su agudeza intelectual. Esta reunión con Gilberto Gil (ex ministro de Cultura de Brasil durante el gobierno de Lula da Silva) tiene un significado más profundo para la cultura brasileña. "En Brasil cayó en un momento especial este encuentro. Fue como un contrapunto a la sensación de que todo va mal y que Brasil no tiene solución. Esto de estar los dos celebrando cincuenta años de música y que aparezcamos juntos es leído como un símbolo. En Brasil ahora hay pesimismo, desesperación, como sino hubiera nación. 
Que estemos juntos en un escenario es como que al menos todavía hay una nación brasileña", reflexiona Caetano Veloso.

El reencuentro no tiene un gesto nostálgico, aunque el repertorio que tocarán hoy, en la segunda función en el Luna Park, pasará por todas sus épocas. Quieren volver a experimentar la inquietud musical y vanguardista de tocar canciones como "Tropicália", "Marginalia 2" y "Domingo no parque". Quieren tocar temas icónicos para la gente como "Coração vagabundo", "Desde que o samba é samba" y "Terra". Y quieren seguir cantando música nueva. "Pensamos en cosas que hace mucho tiempo no cantábamos y también le pedí a Gil cantar una de sus últimas canciones, «No tengo miedo a la muerte». Para mí es la canción más significativa del show, le da una perspectiva a todo el espectáculo en términos de originalidad. 

Es una canción nueva, moderna. El sonido, la voz, lo que hace con la guitarra Gil tiene un tono experimental que dialoga con el Tropicalismo. Eso pone las cosas en su lugar", apunta Caetano.

- Hubo un tiempo en que se compartían comentarios sobre las canciones y se pedían opinión el uno al otro.
Gilberto Gil: -En el comienzo éramos así. Especialmente yo.
Caetano Veloso: -Yo también
Gil: -Los dos comprendíamos que debía haber una colaboración en ese sentido. Para mí también era un aprendizaje. Yo tenía en cuenta la forma de hacer música de Caetano. Para mí era algo distinto y de gran significado para la música del Brasil. Yo empecé a aprender a hacer canciones y música con él.
Veloso: -Para mí su música estaba muy bien hecha (se ríe).
Gil:-Estaba bien hecha quizás, pero no tenía algo que pasó a tener después que conocí a Caetano. Una manera, una variedad temática y un gusto por cosas más profundas. El tenía esa «dificultad» que yo quería traer para mí trabajo. Sino hubiera pasado eso seguiría solamente haciendo música. Con él aprendí a darle una dimensión pensante a la canción.

- ¿Y vos cómo lo veías a Gil?
Veloso: -Para mí era él quien tenía toda la música en sí. Yo admiraba cómo tocaba. Quería entender como secuenciaba esas posiciones en la guitarra y los sonidos en el oído que lograba. Así que aprendí más de musicalidad con él.
Gil: -Mientras, yo aprendía más de poesía con Caetano.

- Fueron como opuestos complementarios en su relación.
Caetano: -Sí, somos así.

- En el libro Verdad tropical, decías que te sentías menos músico frente a Gil. ¿Es verdad?
Veloso: -Me siento todavía
Gil: -Como yo me sentía menos poeta que él. Entonces nos complementábamos. En un sentido, cuando nos conocimos se integraron esos mundos.

- ¿Cómo dialoga ese disco/manifiesto que fue Tropicália ou pannis et circensis con el presente de la música?
Veloso: -No escucho mis discos nuevamente pero, en mi memoria, Tropicália es un disco muy bonito porque es colectivo, es variado, tiene ese tono de manifiesto de una generación de cineastas, pintores, músicos y es muy poético. Es como una película en mi cabeza.
Gil: -Creo que si tomamos una canción como "Tropicália" que da nombre al disco, marca todas las cosas arriesgadas que pasaron a ser parte de nosotros mismos. Tienes en esta canción una referencia, porque es una canción compleja en términos musicales y también en la forma de escribir la realidad y la fantasía: las dos cosas dialogan. Es una canción seminal para el futuro. Para el procedimiento de todo lo que después pasó en términos de composición en la música del Brasil.

- El tropicalismo parecía un grito generacional en oposición a la bossa nova, aunque ustedes eran discípulos de João Gilberto.
Veloso: -La bossa nova también fue un escándalo cuando surgió. Fue algo impactante y que tuvo reacciones de rechazo. La bossa nova fue violenta también. Hubo personas de las discográficas que se rehusaban a distribuir los discos de bossa nova porque la encontraban insoportable. Fue la creación de un estilo nuevo pero una vez establecido era una cosa meramente agradable. Ya el tropicalismo fue una actitud también agresiva contra el ambiente y con material fuerte sonoramente y sin un estilo definido porque combinaba el samba, la psicodelia, el rock, la poesía. Todo lo que se hacía era desde un punto de vista diverso. La presencia del folklore era más cruda. Era sacar un trozo de cada estilo y armar un collage con ese espíritu. Eramos más cubistas.
Gil: -La bossa nova tenía un estilo que aunque al principio fuera formado por cosas distintas se quedó en un género definido. La tropicalia jamás llegó a ser un estilo. Jamás deseamos eso. El tropicalismo no era solo un hecho musical, ni poético, ni literario. Es una entidad.
Veloso: -El tropicalismo fue también como una anti bossa nova, pero hecha por admiradores y amantes de la bossa nova. Lo hicimos justamente por respesto a su origen contestario. Reconociendo el aspecto de ruptura que introdujo la bossa. Principalmente de eso se alimentó el tropicalismo.
Gil: -Trayendo todo lo que ella nos propiciaba y nos daba.¿La canción aquella te acordás Caetano?
Veloso: -"Eu, você, nós dois Já temos um passado (canta los primeros parráfos de "Saudosismo", con esa tonalidad irresistible).

- Una cosa que me sorprendió es que Gil reconoce en una entrevista que el creador de toda esta idea del tropicalismo fue Caetano.
Gil: -Sigo pensando lo mismo.
Veloso: -Gil empezó todo para mí porque hizo las propuestas musicales con sus actitudes, sus acciones, todo de una manera muy elaborada y explícitamente. Cosas que estaban en el aire pero que las concretó Gil. Recuerdo que estuvo un período en Pernambuco y cuando volvió trajo todas esas ideas nuevas y los puntos esenciales muy definidos de lo que fue el tropicalismo después. Para mí fue Gil quién lo creó.
Gil: -Yo creía que toda esta forma nueva debería contener justo algo que tenía Caetano como contenido, como comprensión de la dimensión cultural de la música y de la acción artística. La compresión que tenía él a diferencia de la que tenía yo cuando lo conocí. Yo quería que fuera un colectivo para toda la segunda generación de la bossa nova. Pero eso no fue posible porque muchos no comprendieron. Nos rechazaban y no nos entendían.

- ¿Tienen nostalgia de aquellos tiempos de revolución tropicalista?
Gil:- No tenemos nostalgia. Estamos contentos de que se renueve ese ciclo tocando juntos





LA NACION



Sábado, 12 de septiembre de 2015



Caetano y Gil, una oración al tiempo




Por Héctor M. Guyot | LA NACION 

A los 21 años hice un viaje por Sudamérica. Conocí muchos lugares y viví muchas historias, pero hoy, treinta años después, lo único que conservo de aquella experiencia son cuatro revistitas de editorial Abril con canciones de Caetano Veloso. Estos cancioneros que compré en Brasil, última escala del periplo, son la única evidencia de que un día yo fui aquel muchacho que anduvo por las callecitas del Cuzco y se bañó en las aguas del Río Negro. Si no los tuviera ahora entre mis manos, juraría que todo aquello no fue más que un sueño.

Entre las canciones reunidas en estos libritos figura "Oração ao tempo", una plegaria a Cronos que dice en uno de sus versos: Compositor de destinos/ tambor de todos los ritmos/ tiempo, tiempo, tiempo, tiempo/ entro en un acuerdo contigo/ tiempo, tiempo, tiempo, tiempo. Me deslumbraba entonces, cuando era un chico que no sabía nada, y me deslumbra ahora, cuando la condición de adulto me concede al menos la certeza de que no somos inmortales. Pero la canción ha cambiado. Creció conmigo y hoy me dice cosas distintas. Supongo que eso es un clásico.

A falta de uno, esta semana Buenos Aires recibió a dos clásicos. Porque a Caetano se le sumó, en dos conciertos en el Luna Park, Gilberto Gil, otro héroe de mi juventud. Escucharlos en vivo otra vez fue volver a aquellos días. O, mejor, recuperar para el presente esa antigua emoción. Ellos eran otros, más calmos, menos rebeldes, más canosos. Más viejos, en suma. Lo mismo que yo. Pero apenas salieron al escenario, cada uno con su guitarra, los años y los cambios quedaron abolidos por la belleza de canciones sin edad.

También sigue intacta la amistad que une a estos grandes. Con su talento, ambos sacudieron el mapa musical brasileño a fines de los años 60. Podrían haber competido entre sí. Sin embargo, han sido compinches en la vida y el arte. Se conocieron en la Universidad Federal de Bahía, donde Caetano estudiaba filosofía y Gil, administración de empresas. A pesar de que tocaba en bares con su hermana Maria Bethânia y componía sus primeros temas, Caetano, que también pintaba y escribía, no confiaba en su talento musical. Había empezado a tocar con Gil y un día le dijo a su amigo que él no era músico, que iba a abandonar. Gil le dijo que estaba equivocado. Y que si dejaba la música, él la dejaría también. "Es la música la que está hablando, pensé. Porque Gil, para mí, era la música misma. Entonces seguí", contó Caetano.

Esa corriente de admiración y respeto recíproco se mantiene hasta hoy. En ese sentido, ambos son una muestra clara del sentimiento que domina la historia de la música popular brasileña, donde las canciones y hasta la felicidad de crear son motivo de encuentro, una celebración compartida que depara alegría. Con su sola presencia, Caetano y Gil llenaron el escenario del Luna, pero allí flotaban también los fantasmas de Luiz Gonzaga, de Noel Rosa, de Caymmi, de Jobim, de João Gilberto. Todas joyas únicas e irrepetibles, pero unidas por el hilo de una tradición que es también la de estos dos jóvenes viejos de 72 años que, en sus irreverentes días de camisolas y pelos largos, la desafiaron y la enriquecieron con su psicodelia tropicalista.

A lo largo de los años, he ido a conciertos de uno y otro. Soy de aquellos que, durante sus presentaciones, esperaban el momento del set acústico en solitario. La guitarra y la voz, en plan intimista. En eso consistió el asunto esta vez. Sólo que sentados uno al lado del otro, tocando y cantando juntos. Caetano cantó al hilo "Sampa", "Terra" y "Nine out of ten". También hizo "Leãozinho" y "Desde que o samba é samba". Y "É de manhá", el tema que impuso la prodigiosa voz de Bethânia en 1964. Gil cantó "Superhomem", "Andar com fé" y "Toda menina baiana". Hicieron un tema, "As camelias do quilombo do Leblon", que compusieron juntos hace dos semanas. La vida sigue y las canciones también. Aquello fue una fiesta en la que se dieron el gusto de bailar y hacer cantar a la gente.

No estamos a salvo del tiempo. Pero podemos llegar a un acuerdo con él, como escribió Caetano. La noche del concierto por un momento tuve 20 años. Anduve de nuevo por las calles del Cuzco, me bañé en las aguas del Río Negro y canté con viejos amigos los temas de los cancioneros. Mi hija menor, a mi lado, habrá sospechado algo. Y todo mientras la música me convencía de que aquello -las calles, el río, los amigos, incluso el paso de los años- no había sido más que un sueño..








9/9/2015 - AS CAMÉLIAS DO QUILOMBO DO LEBLON
Luna Park - Buenos Aires












9/9/2015




10/9/2015                                           Fotos: Clara A. Palacios



  Foto: Clara A. Palacios

  Foto: Clara A. Palacios

Foto: Clara A. Palacios



NÃO TENHO MEDO DA MORTE
Autor: Gilberto Gil 
© 2008 Gege Edições Musicais ltda (Brasil e América do Sul) / Preta Music (Resto do mundo)


 
2008 – GILBERTO GIL 
Álbum “Banda larga cordel”
Geléia Geral / Warner Music Brasil CD 2564695033, Track 8.


 
 não tenho medo da morte
mas sim medo de morrer
qual seria a diferença
você há de perguntar
é que a morte já é depois
que eu deixar de respirar
morrer ainda é aqui
na vida, no sol, no ar
ainda pode haver dor
ou vontade de mijar

a morte já é depois
já não haverá ninguém
como eu aqui agora
pensando sobre o além
já não haverá o além
o além já será então
não terei pé nem cabeça
nem figado, nem pulmão
como poderei ter medo
se não terei coração?

não tenho medo da morte
mas medo de morrer, sim
a morte é depois de mim
mas quem vai morrer sou eu
o derradeiro ato meu
e eu terei de estar presente
assim como um presidente
dando posse ao sucessor
terei que morrer vivendo
sabendo que já me vou

então nesse instante sim
sofrerei quem sabe um choque
um piripaque, ou um baque
um calafrio ou um toque
coisas naturais da vida
como comer, caminhar
morrer de morte matada
morrer de morte morrida
quem sabe eu sinta saudade
como em qualquer despedida.








SET-LIST
Show: 110 minutos
Início da temporada: 25/6/2015 em Amsterdam, Holanda.





01. BACK IN BAHIA (Gilberto Gil, 1972) 
02. CORAÇÃO VAGABUNDO (Caetano Veloso, 1967) 
03. TROPICÁLIA (Caetano Veloso, 1967)
04. MARGINÁLIA II (Gilberto Gil/Torquato Neto, 1967)
05. ÉLUXO SÓ (Ary Barroso/Luiz Peixoto, 1957)
06. É DE MANHÃ (Caetano Veloso, 1964)
07. AS CAMÉLIAS DO QUILOMBO DO LEBLON (Caetano Veloso/Gilberto Gil, 2015) 
08. SAMPA (Caetano Veloso,1978)
09. TERRA (Caetano Veloso, 1978)
10. NINE OUT OF TEN (Caetano Veloso, 1972)
11. ODEIO (Caetano Veloso, 2006)
12. TONADA DE LUNA LLENA (Simón Díaz, 1973)
13. EU VIM DA BAHIA (Gilberto Gil, 1965)
14. SUPER-HOMEM - A canção (Gilberto Gil, 1979) 
15. COME PRIMA (Vincenzo Di Paola/Alessandro Taccani/Mario Panzeri, 1957) 
16. ESOTÉRICO (Gilberto Gil, 1976)
17. TRES PALABRAS (Osvaldo Farrés, 1942) 
18. DRÃO (Gilberto Gil, 1982) 
19. NÃO TENHO MEDO DA MORTE (Gilberto Gil, 2008) 
20. EXPRESSO 2222 (Gilberto Gil, 1972) 
21. TODA MENINA BAIANA (Gilberto Gil, 1979) 
22. SÃO JOÃO, XANGÔ MENINO (Gilberto Gil/Caetano Veloso, 1976) 
23. NOSSA GENTE [Avisa lá] (Roque Carvalho, 1992) 
24. ANDAR COM FÉ (Gilberto Gil, 1982) 
25. FILHOS DE GANDHI (Gilberto Gil, 1973)

BIS
DESDE QUE O SAMBA É SAMBA (Caetano Veloso, 1993)
DOMINGO NO PARQUE (Gilberto Gil, 1967)
A LUZ DE TIETA (Caetano Veloso, 1996)

2° BIS
O LEÃOZINHO (Caetano Veloso, 1977)
THREE LITTLE BIRDS (Bob Marley, 1977)

No hay comentarios:

Publicar un comentario